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Cortar cebolla es uno de los mayores retos dentro del arte culinario, pues es inevitable derramar unas cuantas lágrimas, pero ¿por qué pasa?
De acuerdo con la Royal Society of Chemistry, una organización científica y profesional de Reino Unido, llorar al cortar cebolla no es por tristeza, sino por química pura. Aquí te explicamos de forma clara y sencilla
La reacción química
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Las cebollas tienen una defensa química contra microbios y animales y, al cortarlas, se rompen sus células internas.
Eso libera una enzima llamada aliinasa, que reacciona con compuestos de azufre naturales (los mismos que le dan su olor fuerte).
De esa reacción se forma una sustancia volátil llamada sin-propanetial-S-óxido, también conocida como “factor lacrimógeno”.
Lo que pasa en tus ojos

Ese gas sube hacia tus ojos y al mezclarse con la humedad natural de la superficie ocular, se convierte en una pequeña cantidad de ácido sulfénico.
Tu cerebro detecta la irritación y manda una orden a las glándulas lagrimales: “¡Produzcan lágrimas para diluir y limpiar el ácido!”.
Tips para no llorar al cortar cebolla
Algunos trucos eficaces para cortar cebollas sin llorar:
- Enfría la cebolla antes de cortarla (reduce la liberación del gas).
- Usa un cuchillo bien afilado (rompe menos células).
- Córtala bajo un chorro de agua o ventilador para dispersar el gas.
- Ponte lentes de natación si quieres una solución extrema.