Viena.– Es un acto de rebelión inusual: tres convertidas en okupas de su antiguo y abandonado convento tras fugarse de la residencia de mayores donde habían sido internadas, desafían a las autoridades eclesiásticas en medio de un creciente interés mediático.

“Definitivamente, no voy a morir en una residencia de mayores”, declaró de forma tajante al diario vienés Der Standard una de lasBernadette, de 88 años.

El pasado día 3, con la ayuda de un grupo de antiguas alumnas que habían hecho un plan secreto, Bernadette y sus ‘hermanas’ Regina (86 años) y Rita (82) se escaparon del geriátrico al que, según afirman, habían sido trasladadas sin su consentimiento.

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Un cerrajero abrió la puerta del edificio vacío y lograron instalarse de vuelta en su “hogar”, como llaman a los aposentos de la abadía donde vivieron más de seis décadas. Solo tuvieron que recorrer unos ocho kilómetros hasta el monasterio Schloss Goldenstein.

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La hazaña de las tres monjas rebeldes es seguida ya por más de 50 mil personas en su cuenta de Instagram y cada vez más medios informan de su situación.

Para la jerarquía eclesiástica, las tres monjas agustinas, que desde hace casi 20 años eran las únicas que quedaban en el convento de Goldenstein, han incurrido en “desobediencia”.

Sin embargo, unos 200 voluntarios las ayudan en sus quehaceres diarios, mientras otros donan dinero. Y es que cuando regresaron al monasterio, se encontraron sin luz ni agua y con todas sus cosas revueltas.

Además, no solo habían desaparecido dos automóviles que usaban; en las habitaciones faltaban también camas, entre otros objetos, y tampoco hallaron unos 50 mil euros, ni pudieron acceder a los ahorros del banco.

Las monjas presentaron una denuncia, pero ésta cerró el caso debido a que, jurídicamente, y de acuerdo con el derecho canónico, nada les pertenecía.

Ninguno de estos inconvenientes ha conseguido desanimarlas: poco a poco, los voluntarios han logrado que volviera la luz y el agua, y siguen haciendo reparaciones en el edificio, donde las monjas reciben cuidados y celebran una misa dos veces por semana.

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