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Una salida al cine se convirtió en un inesperado espectáculo. La tranquilidad de la Cineteca Nacional de la Ciudad de México se vio interrumpida por una mujer que no paró de hablar y gritar durante toda la proyección de la película "Eddington". El incidente, que rápidamente se viralizó en redes sociales, le valió el apodo de "Lady Cineteca" y generó un intenso debate sobre el respeto en espacios públicos.
El caos se desató al finalizar la función. Una de las espectadoras, que había soportado el murmullo constante durante las más de dos horas de la película, le reclamó a la mujer. La reacción de "Lady Cineteca" fue instantánea y desmedida. "Si te cuesta convivir, pues lárgate", le gritó, mientras manoteaba e intentaba agredir a la joven.
La situación escaló rápidamente. Los amigos de ambas intervinieron para separarlas, pero "Lady Cineteca" continuó con su arrebato de ira. En medio de la discusión, la joven que la confrontó la llamó "loca", lo que solo avivó más la tensión. "A mí no me vas a decir que estoy loca", respondió la mujer, mientras sus acompañantes intentaban contenerla y pedían disculpas a los demás asistentes.
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El altercado no terminó ahí. Al ser confrontada por la seguridad del lugar, la mujer negó estar bajo los efectos del alcohol y buscó justificar su comportamiento con problemas personales. "Soy una persona que tiene ataques de ansiedad, sí, y ataques de ira, sí. ¿Por qué si te estoy pidiendo '¡CÁLLATE y déjame en paz!', no lo haces? ¿Por qué me sigues atacando? Te estoy pidiendo déjame en paz y no lo haces", gritó a los presentes.
La Cineteca en el ojo del huracán
El incidente no pasó desapercibido. Otros asistentes grabaron el altercado y lo subieron a sus redes sociales, arrobando a la Cineteca Nacional. Aunque la institución no se ha pronunciado oficialmente, los videos ya han alcanzado a miles de usuarios.
En redes sociales, la polémica ha encendido la conversación. Los asiduos a la Cineteca criticaron duramente el comportamiento de "Lady Cineteca", argumentando que el público de estas salas se distingue precisamente por su respeto y buen comportamiento. Este tipo de incidentes, que parecen cada vez más comunes, ponen en tela de juicio las normas básicas de convivencia en los espacios públicos.
Este caso plantea una pregunta importante: ¿Cuál es el límite para la tolerancia en lugares como un cine? ¿Es aceptable que la comodidad y la experiencia de los demás se vean comprometidas por el comportamiento de una sola persona?
