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Cada 16 de julio distintas iglesias en el mundo están de manteles largos, pues este día coronan y festejan a la Virgen del Carmen.
Una festividad cristiana que forma parte del calendario santoral y es conmemorada con mayor devoción por países como Chile, Perú y España; aunque también en México es venerada.
La celebración en honor a la también conocida Santa María del Monte Carmelo, sirve principalmente para bendecir el mar y proteger a las personas que realizan labores de navegación.
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El séptimo mes del año es una de las épocas más importantes para el catolicismo universal, y para todo aquel devoto creyente en la historia que celebra la memoria de Nuestra Señora del Carmen.
A nivel mundial, y con mayor fervor en países latinos y que rodean la península ibérica, millones de fieles acuden cada 16 de julio a las aguas marinas de su ciudad o comunidad para festejar y rememorar el día en que según cuenta la tradición, hizo su inmaculada aparición en una localidad de Inglaterra para auxiliar a los más desprotegidos.
ORIGEN DEL FESTEJO A LA VIRGEN DEL CARMEN
Un 16 de julio, pero del año 1251, la Virgen María se le apareció a San Simón Stock y le entregó el Escapulario del Carmen. A partir de ese momento inició una devoción muy especial a Nuestra Señora del Carmen.
A esta Virgen comúnmente se le representa sosteniendo al Niño Jesús en brazos, en representación de la relación tan estrecha entre ambos, pero también de su papel de mediadora entre la humanidad y el Señor, su hijo. Así mismo, lleva un escapulario en la mano o sobre su hombro.
ORACIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN
Si estás pasando por una crisis en tu vida o pasas momentos de dificultad, no está de más encomendarse a ella para que te proteja con su manto y te dé la fuerza para continuar.
Si este es tu caso, te compartimos una oración:
Tengo mil dificultades: ayúdame.
De los enemigos del alma: sálvame.
En mis desaciertos: ilumíname.
En mis dudas y penas: confórtame.
En mis enfermedades: fortaléceme.
Cuando me desprecien: anímame.
En las tentaciones: defiéndeme.
En horas difíciles: consuélame.
Con tu corazón maternal: ámame.
Con tu inmenso poder: protégeme.
Y en tus brazos al expirar: recíbeme.
Virgen del Carmen, ruega por nosotros.
Amén.
