Viajar en metro casi nunca es placentero. , pero tortuoso. Vagones repletos, pugnas, aromas extraños. Hacer este recorrido muchas veces puede ser un viaje rumbo a lo desconocido.

El metro es un mundo aparte. Y si no, hay que mirar las líneas que corren por las entrañas de Tokio, en la capital nipona los trenes pasan todo el día cada 2.5 minutos, lo que nos da unos .

A pesar de la gran cantidad de con los que cuenta el subterráneo de Tokio, este se encuentra absolutamente sobrepasado.

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Y tanta cantidad de gente hizo que las empresas tuvieran que contratar a los ‘oshiyas’. Traducido al castellano: empujadores. Son los encargados de meter la mayor cantidad de pasajeros posibles dentro de los vagones.

Su trabajo es simple: empujar y empujar a la gente hasta que las puertas se cierran.

En un principio, debido a la gran afluencia de pasajeros, se contrataron estudiantes a tiempo parcial. Hoy en día ser un empujador es un trabajo bien pagado.

Son seis horas diarias a cambio de un salario de 75 dólares. Unos 28 mil pesos al mes, por empujar gente.

Verlos no es común, ya que actúan en las horas de mayor afluencia de pasajeros. Si quieres presenciarlo debes ir a las estaciones principales de las líneas Keio o Marunouchi en Tokio, entre las ocho y las nueve de la mañana un día entre semana.

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