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Italia. – La fiebre de las selfie y las fotografías interesadas tomadas para publicar en redes sociales han dejado a su paso innumerables desastres, pues las personas están dispuestas a arriesgar su vida para obtener una buena toma, otras, incluso han causado accidentes de menor riesgo, pero sí de consecuencias graves. Tal es el reciente caso de una pareja de turistas que rompió la llamada silla "Van Gogh", cubierta de cientos de brillantes cristales, y exhibida en el Palazzo Maffei de Verona. Las grabaciones de su bochornosa acción quedaron grabadas en las cámaras de seguridad del museo.
En el museo Palazzo Maffei se exhiben obras maestras de Picasso, Magritte y Hokusai por lo que se sabe que hay una gran afluencia de visitantes de todo el mundo. El video del incidente muestra cómo el visitante se acomoda en la obra de arte sin saber que estaba a punto de dañarla gravemente. El hecho ha encendido la polémica sobre los límites del turismo, la falta de conciencia cultural y la seguridad en espacios artísticos.
La silla, creada por el diseñador italiano Nicola Bolla, es una obra contemporánea que reinterpreta el legado visual de Van Gogh. Aunque no se trata de una pieza del pintor holandés, su valor artístico y material es indiscutible: la estructura está completamente adornada con cristales brillantes, técnica característica del artista que busca elevar objetos cotidianos al estatus de lujo visual.
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La directora del museo, Vanessa Carlon, puntualizó que este fue un acto irresponsable y que este tipo de incidentes son la peor pesadilla para cualquier museo. El incidente en Verona forma parte de una creciente lista de daños en museos impulsados por la urgencia de compartir imágenes en redes. Plantea preguntas importantes: ¿Se debe limitar el uso de celular en salas de exhibición?, ¿Se debe reforzar la seguridad y señalización en obras delicadas?
Por su parte, el museo, uno de los destinos culturales más visitados de Verona, no ha revelado aún si se emprenderán acciones legales contra el turista. Lo que sí se confirmó es que la pieza ya fue restaurada, aunque no sin provocar una oleada de indignación en redes sociales por la ligereza con la que algunos visitantes interactúan con las instalaciones artísticas.