Investigadores de estudiaron a 110 trabajadores de salud, divididos en un grupo con “exceso de trabajo” (52 o más horas de trabajo por semana) y otro sin él.

Mediante resonancias magnéticas, analizaron el volumen cerebral y la materia gris, e que trabajar 52 horas o más por semana se asocia con alteraciones en regiones cerebrales de función ejecutiva y regulación emocional.

Joon Yul Choi, coautor de la investigación, explicó a medios locales que los cambios podrían ser “reversibles, al menos en parte” al eliminar factores de estrés ambiental, aunque el retorno al estado base tomaría tiempo.

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Investigaciones previas Organización Mundial del Trabajo, realizadas en 2021, estimaron más de 745,000 muertes anuales por exceso de trabajo. Jornadas extensas también elevan el riesgo de diabetes en mujeres y merman la cognición. Los mecanismos neurológicos y cambios anatómicos subyacentes son menos comprendidos.

Frank Pega, colaborador de la investigación, dijo a CNN que los hallazgos son “nueva y muy importante evidencia” para entender el impacto de jornadas extensas en la salud física. Afirmó que la investigación respalda que estas jornadas “contribuyen a la mayor carga de enfermedad de todos los factores de riesgo laboral”.

Jhonny Gifford, colaborador desde Reino Unido de la investigación, indicó que el trabajo “confirma razones fisiológicas por las que trabajar horas extensas afecta nuestro bienestar”. El uso de escaneo cerebral es “evidencia potente que vincula el exceso de trabajo con cambios estructurales cerebrales”. Añadió que, aunque es un estudio pequeño, sus hallazgos son relevantes por sus medidas neurológicas y mecanismos fundamentales.

Para quienes trabajan horas extensas, hay base científica para reducir la jornada. El estudio, publicado este martes en Occupational and Environmental Medicine, impulsa la discusión sobre implementar medidas para un equilibrio entre el desempeño en el trabajo y la salud mental y emocional.

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