Más Información
PREGUNTA
Me siento demasiado solo. Atraído siempre por mi mejor amigo, por mis compañeros en la facultad. Y no lo digo porque tengo esposa e hijos; me casé muy joven para olvidar. Es agotador esconder la verdad, pero sigo callado, no lo digo, pienso que lo que tengo es que estoy enfermo, que estoy muy mal por amar a hombres como yo. Dime, ¿qué hago para que ya no me sienta enfermo, raro, homosexual?
RESPUESTA
No hay cura, porque no estás enfermo, eres humano. El deseo no se controla con rezos ni culpas. Necesitas hablar con alguien de confianza, puede darte claridad antes de destruir todo lo que amas. Aceptar quien eres y quererte es el primer paso. Hoy, lo raro es callar lo que uno desea. La intimidad es el único lugar donde se vale ser uno mismo sin juicio.
PREGUNTA
Mi hermano sale poco de su cuarto, dice que no necesita a nadie. Lo miro y siento tristeza, pero él me dice que está bien. Antes tocaba la guitarra; ahora, solo toca la pantalla de celular. Y mientras más placer dice sentir, más lejos está del mundo. Mi mamá ya se dio por vencida, yo no. ¿Cómo lo regreso a la vida?
RESPUESTA
Tu hermano necesita vida real, un perrito, un patito que lo obligue a apagar el mundo virtual. Las pantallas no son vida, son un espacio estático donde el tiempo se va de las manos. Una huerta, un hurón. No dejes de intentarlo, sácalo a la vida. Ponlo a cocinar, preséntale una chica guapa, apaga el switch de la luz, no lo dejes ahí.
PREGUNTA
Mi marido quiere intimar cuando yo no tengo ganas y, a veces, cedo solo para que no se enoje. Para que no me diga que soy aburrida, para que no me eche en cara que ya no soy la misma; pero ya no tengo ganas, sí soy más aburrida que antes y, la verdad, no soy la misma. ¿Qué hago?
RESPUESTA
El amor no es obligación disfrazado, tu deseo también cuenta. Aprende a decir “hoy no”, a pedir preámbulo, a poner en la mesa lo que te gustaría. Todos tenemos derecho a cambiar. La cama se disfruta entre dos, no se paga como deuda.
PREGUNTA
Me da asco mi cuerpo, me siento vieja, aguada y fofa. Subí de PESO, luego bajé y de un día al otro me vi tan aguada, que ahora no me atrevo a encuerarme frente a mi marido. Cuando me baño me quedo mirándome toda caída, con los pechos bajos, las nalgas caídas y me cubro rápido, no quiero mirarme desnuda. Me cambio de cuarto, me desvisto en el baño. ¿Cómo se quita esa sensación?
RESPUESTA
El espejo miente cuando solo muestra defectos. Tu cuerpo es tu historia, siéntete orgullosa de lo que carga y déjate querer por la que eres. El deseo empieza en cómo te miras tú. Ámate y realza el valor que cargas como persona. La belleza siempre se acaba, ve más profundo por la persona; si te quedas en la superficie, no vas a conocer a la mujer que llevas dentro. ¡Eres gloriosa, creételo!




