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PREGUNTA
Nunca he quiero tener hijos, pero mi pareja cambió de opinión y ahora sí quiere, y yo estoy atorada. Atoradísima. Tengo miedo de separarme, de que nuestra relación se quiebre en mil pedazos. No he podido dormir en dos días y me la paso mordiéndome las uñas. ¿Cedo aún cuando no quiero?
RESPUESTA
Tener hijos no es obligación ni un castigo. Si no lo deseas, dilo sin rodeos. Mejor una verdad a tiempo, que una familia hecha con rencor. Si se dejan, no es porque hayan fracasado, es porque buscaban cosas distintas.
PREGUNTA
Mi vecina me tira indirectas. Me dice que estar con una mujer es aprender a conocer mi cuerpo, que lo tengo que vivir por lo menos una vez, que me deje de estupideces que ella me va a enseñar todo, que a ella le gusta eso de ser la “teacher”, la primerita de todas, y yo... claro que también me caliento, se me antoja, y ¿si eso es también pecado? No sé si me aviento y lo pruebo ¿tú crees que mi novio lo vea como infidelidad? Ay, no sé, simplemente no puedo.
RESPUESTA
Antes que nada, responde a esta pregunta: ¿se te antoja la vecina o la aventura lésbica? La vecina puede estar demasiado cerca. Fantasea con la idea y las respuestas van a comenzar a llegar, solo no te precipites para no tomar una decisión que te haga sentir incómoda. Puede que analizarlo te dé las respuestas que buscas.
PREGUNTA
Yo le rezo a la Virgencita, le rezo todas las mañanas para que mis hijos no se peleen, para que los muchachos de la colonia no organicen asaltos, que mi esposo se reponga de las deudas, pero nada cambia. Todo sigue igual: la rabia entre mis hermanos no para, mi hermana no me habla. Y yo, aquí, dudando de mí, de mi fe y sintiendo culpa. Perdón…es que a veces pienso que Dios se fue a otro barrio. ¡¡Qué estúpida!! Eso no va a acabar nunca. ¿Quién soy yo para pedir, para dudar?
RESPUESTA
Es verdad, estamos peleando, todos enojados con todos. Respira, medita e intenta estar en paz contigo y no exigir respuestas. La culpa no tiene ningún aspecto positivo. Abraza tu micromundo, abrázate fuerte y trata de llevar paz a donde vayas, de estar cerca de gente positiva que no te quite tu paz y deja de pelear con Dios.
PREGUNTA
Me da pena decirlo, pero soy de esos que sigue soñando con mujeres jóvenes; me gusta la juventud, observar la transformación de las adolescencias. No hago nada más que mirarlas y con eso lleno mi corazón de felicidad, mi tarde de dicha. Mi compadre dice que soy un viejo rabo verde, un enfermo, pero yo no estoy imaginando cosas feas, solo me gusta escucharlas, descifrarlas, me gusta llenarme de su inocencia y frescura, me gusta ese olor a vida. ¿será pecado seguir deseando juventud?
RESPUESTA
Hablar no es pelear, es abrir la puerta. Es mejor hablar, abrir un puente de comunicación, no es necesario negar lo que te preocupa, que quieres entender. Si te haces la ciega, si pierdes la comunicación, estarás ausente. Si lo escuchas, creando un lazo, si convives, conocerás a la chava y podrás ver si es una persona que fomenta buenos o malos hábitos. No te asustes, no rompas la comunicación. Acércate sin confrontar.




