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PREGUNTA
Hola, una amiga me dijo que el lubricante hace todo más rico. Yo no tengo resequedad, pero me da curiosidad. ¿Es bueno usarlo sólo por gusto? Eli M.
RESPUESTA
¡Tu amiga tiene razón! ¡Úsalo pa’ que resbale rico! El lubricante no es sólo para cuando hay resequedad, también puede ser un gran aliado del placer. Usarlo por gusto está perfecto: reduce la fricción, aumenta la sensibilidad y hace las sensaciones más intensas. Además, puede transformar por completo el juego previo o el momento del acto, sobre todo si exploras con diferentes texturas (a base de agua, silicón o incluso con sabores). Eso sí, elige siempre uno compatible con tu tipo de cuerpo y con el tipo de práctica. Los de base de agua son los más seguros para el uso con condón y juguetes. Evita los caseros (aceite, crema, vaselina), porque pueden causar irritación o infecciones.
PREGUNTA
Hola, tengo 48 años y a veces siento que mi deseo se esfumó. Entre el estrés, el trabajo y los cambios hormonales, como que mi marido ya no se me antoja igual…no tengo las mismas ganas de antes. ¿Será la edad o ya me desconecté de mi cuerpo? Rocío, 49 años.
RESPUESTA
El deseo no se apaga con los años, se transforma. Lo que cambia es la manera en que el cuerpo responde: las hormonas bajan, sí, pero también aumenta la experiencia, la sensibilidad y la claridad sobre lo que una realmente quiere. Date permiso de reconectar con tu cuerpo sin prisas. A veces no es falta de deseo, sino exceso de rutina o cansancio. Ejercicio, descanso, autotoque y fantasía son tan importantes como cualquier tratamiento hormonal.
PREGUNTA
Hola, tengo un tema, mi novio dice que me toco “demasiado”, que paso mucho tiempo con mis “juguetes” y que por eso luego no tengo ganas de hacer ‘el delicioso’ con él. ¿Es cierto que una cosa quita la otra? Paula N.
RESPUESTA
No, no es cierto que una cosa quite la otra. La masturbación no sustituye al sexo con pareja, simplemente es otra forma de conocer y disfrutar tu cuerpo. De hecho, muchas mujeres que se masturban con regularidad logran identificar mejor lo que les gusta y lo comunican con más claridad a su pareja. Lo que sí puede pasar es que, si hay rutina, cansancio o desconexión emocional con tu chico, uses tus momentos a solas como un refugio más cómodo y sin presiones. Pero eso no es culpa de los juguetes, sino de la falta de comunicación o deseo compartido. Hablen, redescubran juntos lo que les enciende y, si te gusta usar juguetes, invítalo a participar: pueden ser aliados, no rivales.





