PREGUNTA

Me gustan los hombres desde que era chavo, pero nunca lo dije. Ahora que soy viejo. siento que me voy a morir sin probar ese beso que me persigue en sueños. Esos deseos de tocarme en otro, de darle a un hombre como yo, el placer de lo que me gustaría que me hagan a mí. Siento que la vida se me acaba a los 50 y que es un pecado irme al hoyo con las ganas atoradas. ¿Qué puedo hacer si no me atrevo?

RESPUESTA

El pecado verdadero sería que te fueras creyendo que nunca tuviste derecho. Como diría mi abuela, toda tu vida has remendado zapatos y callado el corazón. El pecado es morirse con la boca cerrada, el deseo no se jubila ni se esconde bajo la cama. No necesitas confesar a todo el barrio tus secretos, basta con decirlo a una persona de confianza. El beso puede llegar en una banca del parque o en un silencio compartido.

PREGUNTA

Viste de beige, lee poesía, cena pan con café. Me enamoré de un huésped que vive en casa de mi tía Rosa. Es mucho mayor que yo. Lo escuché hablar y sentí cómo me fui desarmando poco a poco, me parece que él nunca ha estado con un hombre. Cuando coincidimos, tengo miedo de que me rechace si me acerco, así que a veces lo saludo y a veces no… y es que siento que le gusto, pero que él está asustado y que me tiene miedo. ¿Soy una amenaza peligrosa? ¿Me detengo? ¿Lo enamoro? ¿Qué debo de hacer?

RESPUESTA

El riesgo al rechazo existe, pero también la posibilidad de ser correspondido. No se lo digas con palabras, busca un gesto, una complicidad. La vida no pide permiso para sentir. Morirás algún día, como todos, pero que no sea con la lengua amordazada y el corazón lleno de impotencia.

PREGUNTA

Tengo tanto miedo de fracasar que no quiero arriesgarme a poner un negocio, eso es lo que pasa…me da miedo naufragar. No estoy acostumbrado a pedir ayuda, mi mujer me apoya, pero yo me muero si se me va ese dinerito que ella ha ahorrado con tanto esfuerzo. ¿Y si lo pierdo todo? Hace un año, ya me pasó, me fue mal con un negocio que no me salió. Ella es más lista, pero a mí se me dan las oportunidades y a ella no. ¿Cómo le hago?

RESPUESTA

El miedo es una señal de que lo que sueñas importa. Rodéate de apoyo involucrando a tu mujer en las decisiones, toma en cuenta sus comentarios, agradece su confianza. Haz equipo con ella no nada más para pedir dinero, sino involucrándola en el proceso.

PREGUNTA

Un chavo se me metió en la piel. Lo veo y siento, lo traigo atorado en el corazón. Lo único que quiero es aventarme a darle besos. Pero en mi barrio, si alguien sospecha que soy un gay me revientan a golpes, incluyendo mis hermanos mayores y mi papá. Es algo que me han dicho desde que era niño, que no quieren en la familia a uno ‘de esos’. ¿Cómo vivo con este fuego escondido?

PREGUNTA

Tengo una amiga que cuando me sonríe hace que me tiemblen las manos. Al saludarla huelo su perfume y me quedo con esa fragancia fantaseando todo el día. No me atrevo a actuar, porque no me mira como yo a ella. Pienso en lo que sería tocarla, oír su risa en mi cama. Luego me odio, me digo que no hay correspondencia, ella es una mujer joven, radiante y bella, ¿qué le podría yo ofrecer que tengo familia, que tengo hijos? Me digo que no debo. Me digo que no tengo ni edad, ni salud, ni fuerza. ¿Cómo se aguanta este deseo que corta como cuchillo y acaricia al mismo tiempo? El deseo no es enemigo, es parte del ser. No tienes que actuar detrás de cada deseo.

RESPUESTA

Quédate con tus fantasías, quítate las ganas en casa, entra al baño y sácate las ganas otra vez si te perturban, encuentra en tu pareja razones para que quiera mirar en tus ojos y compartir contigo. Eleva el sexo al deseo más profundo, al eterno placer.

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