PREGUNTA

Tengo 28 años y la erección me falla. A veces estoy con mi pareja y el ‘amigo’ no responde, y la ansiedad lo empeora. ¿Esto ya es disfunción eréctil? Creía que eso solo le pasaba a mi abuelito. Diego V.

RESPUESTA

Diego, entiendo tu preocupación, pero quítate la idea de que la disfunción eréctil es solo de abuelos. Aunque es más común en hombres mayores, sí afecta a los jóvenes. De hecho, al decir que la ansiedad lo empeora, es la clave: en tu rango de edad, esta afección suele ser, en un alto porcentaje, de origen psicológico. La ansiedad de desempeño (el miedo a fallar) o el estrés hacen que tu cerebro, en lugar de mandar la señal de excitación, mande la señal de “¡peligro, ponte tenso!”. Esta tensión bloquea el flujo sanguíneo necesario para una erección firme. Deja de presionarte, si la falla es ocasional, es normal. Si es persistente, busca a un urólogo para descartar cualquier problema físico. Y, de ser posible, consulta a un sexólogo o terapeuta sexual que te podrá dar técnicas para bajar esa ansiedad y reeducar a tu cerebro para que disfrute sin la presión de “rendir”.

PREGUNTA

Hola, tengo 40 años y me detectaron miomas. Según mi ginecólogo, la única opción es quitarme el útero; más allá de lo que implica la cirugía, me da pavor la anestesia y perder la matriz, pero sobre todo, me da terror que mi vida íntima ya no sea la misma y mi marido me mande al diablo. ¡Ayuda! Marisol T.

RESPUESTA

Marisol, lo primero es respirar: tu valor y tu sexualidad no están en el útero. Si te quitan la matriz (histerectomía), la mayoría de las mujeres reportan que el sexo no solo sigue igual, sino que hasta mejora, porque desaparecen los dolores o el sangrado que los miomas causan. El placer y el orgasmo dependen de otras partes (como el clítoris y la vagina), que no se tocan. Habla con tu marido y pídele que te acompañe en este proceso. Tu miedo al rechazo es más una preocupación emocional tuya, que una realidad médica. Si él te ama, te amará con o sin útero. Por otra parte, pregunta si hay otras opciones menos invasivas, como quitar solo los miomas (como la miomectomía) o la embolización, si es que tu caso lo permite. Si la cirugía es inevitable, habla claro con el anestesiólogo sobre tus miedos y busca ayuda de un terapeuta o psicólogo para manejar el duelo por el órgano y la autoestima. En serio, tu vida sexual puede continuar e incluso mejorar al quitarte la molestia de los miomas.

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