Más Información
PREGUNTA
Me gustan los hombres desde que era chavo, pero nunca lo dije. Ahora que soy viejo siento que me voy a morir sin probar ese beso que me persigue en los sueños. Esos deseos de tocarme en otro. De darle a un hombre como yo, el placer de lo que me gustaría que me hagan a mí. Siento que la vida se me acaba a los 68 y que es un pecado irme al hoyo con esas ganas atoradas. ¿Qué puedo hacer si no me atrevo?
RESPUESTA
El pecado verdadero sería que te fueras creyendo que nunca tuviste derecho. Como diría mi abuela, toda tu vida has remendado zapatos y callado el corazón. El pecado es morirse con la boca cerrada. El deseo no se jubila ni se esconde bajo la cama. No necesitas confesar a todo el barrio tus secretos, basta con decirlo a una persona de confianza. El beso puede llegar en una banca del parque, en un café solitario o en un silencio compartido.
PREGUNTA
Estoy hasta el cuello de deudas. Pago una y me brincan dos. Ya ni duermo. No sé cómo fue que me metí en tanto problema. No sé tampoco de dónde agarrar fuerzas, ya no quiero ni despertar. Mi hermano no me quiere ver y mi cuñada le dice a mi esposa que yo no tengo palabra. Yo no soy así, se me ha complicado todo. De verdad, las cosas se me han puesto tan difíciles que me cuesta despertar. Carmen, mi mujer, me ha dejado solo, ni me habla, ni me ve. Me siento solo, vacío y transparente. Tú dime, ¿cómo le hago?
RESPUESTA
La deuda más pesada está en la cabeza. Haz un plan chiquito, paso a paso. Cada pago, aunque sea mínimo, es también descanso. La calma regresa cuando ves que sí hay salida, aunque sea lenta. Con Carmen habla, dile como te sientes, si este problema los une van a estar siempre juntos, van a crecer como pareja. Habla con verdad, habla con cariño, habla con ella.
PREGUNTA
Una amiga me convenció de comprar un vibrador y ahora, la verdad… me excita más usar mi juguete que estar con mi marido. Esa es la verdad; pero él no sabe que lo tengo, y me da miedo que un día me lo descubra porque se va a poner agresivo, porque me lo va a querer tirar, me va a gritar que soy una enferma, que estoy mal. Y luego me va a coger diciéndome cosas feas. Por eso no me gusta hacerlo con él. ¿Tú me entiendes?
RESPUESTA
No es normal que vivas en una relación con tanta violencia. No puedes temerle así a un hombre al que te entregas. El placer no tiene un solo camino. El miedo, los gritos, los insultos no son parte normal de una relación donde uno intercambia intimidad, esa relación no es sana, buena ni bonita. No debe de ser parte de tu normalidad.
PREGUNTA
Una compañera de clase me sonríe cuando saca su cigarro y sin palabras me invita afuera del aula a fumar. Cada vez que estamos solas, entre el humo del cigarro hay mucho que se dice entre nosotras. Yo fantaseo con invitarla a un café, y confesarle que quiero tocarla, pero luego me da miedo el rechazo. No quiero sentir que estoy perdido y loco. Que mis ganas son ridículas. Temo no ser correspondido ¿Cómo se cura esto?
RESPUESTA
Esto no se cura porque no es una enfermedad. Tú no estás enfermo. Eso que sientes no es virus ni castigo, es inseguridad. El remedio no está en matarte por dentro, está en atreverse poquito: sonríele de regreso, lanzar un “¿te gusta el café?”, ser atento e ir conociendo a la persona que tienes enfrente. La peor enfermedad sería vivir sin intentarlo.
PREGUNTA
Yo lavo, barro, cocino, remiendo la ropa y todavía trabajo unas horas limpiando el polvo que se cuela por la construcción de al lado. Él me dice que con eso no aporto nada, que lo que nos mantiene es el dinero que entra de su trabajo, que yo debería estar agradecida, que mis hijos comen porque él está pendiente. ¿Qué puedo hacer para que me valore mi marido?
RESPUESTA
Valórate. Hacer hogar no es fácil; está en cada plato limpio, en cada prenda arreglada en esa noche en que todos duermen en paz. El calor de hogar se esfuma cuando se vive en miedo y violencia; la paz es la riqueza más valiosa que uno aporta, el dinero es necesario pero la paz está en las manos de quienes de verdad lo desean. Hay muchas formas de aportar, no sólo con billetes. La dignidad es muy valiosa.