PREGUNTA

Mi novio ya quiere boda, y a mí… yo, pues… la neta, me da miedo. ¿Y si la riego para siempre? ¿Cuánto tiempo es para siempre? ¿De verdad, siempre es siempre? Elegir a mi compañera de vida a los 26 es un poco arriesgado, ¿o qué, si me caso??

RESPUESTA

Casarse no es firmar un papel: es prometerle a alguien. El miedo es normal. Lo que no es normal es decir "sí" cuando quieres decir "todavía no". El tiempo que te das hoy puede salvarte del arrepentimiento mañana. Vivir juntos puede ser una opción que te permite conocerte como pareja y te puede dar tranquilidad.

PREGUNTA

Hace dos años tuve una amante, con la cual pasé momentos muy pasionales, diferentes a lo que vivo normalmente con mi esposa en la cama. Terminó esa relación, cuando ella me presionó para dejar a mi mujer y yo no quise. Sin embargo, en la intimidad todavía se me aparece ella; sí, cierro los ojos al hacer el amor, me la imagino conmigo y eso me excita, me transforma, me da paz. ¿Estoy mal por fantasear con mi examante?

RESPUESTA

Tus fantasías son tuyas. Tienes derecho a fantasear todo lo que se te dé la gana y no es necesario compartir esa parte con nadie. Es tu jardín secreto y tu mundo interior, mientras se queden en la fantasía no le haces daño a nadie y disfrutas tú.

PREGUNTA

Llevo meses esperando a que mi vecino me vea. Él pasa y yo invento excusas para salir, aunque sea a barrer la banqueta. Hasta le regalo pan o gelatina que compro cerca de donde trabajo, pero nada… me trata con cariño, como a una niña, pero nunca como yo deseo que me vea. A veces me siento ridícula, como si mi corazón se hubiera quedado pegado en alguien que nunca me va a ver. ¿Por qué no alcanzo a ser suficiente para que mi vecino me elija?

RESPUESTA

A veces el corazón se clava donde no hay tierra para florecer. No te confundas. Tú vales, aunque él te no mire. No te quedes viviendo una historia donde solo hay un personaje activo: tú. El amor se siente vivo cuando camina de ida y vuelta, cuando se devuelven sonrisas, detalles, amores y gestos.

PREGUNTA

Conocí a una mujer que es musulmana. Me desarmó con su elegancia y su fe. Nunca había visto a alguien orar con tanta serenidad, ni hablar del mundo con esa certeza de propósito. Al principio pensé que bastaba con quererla, pero pronto llenó mi vida de reglas: dejar de beber, de salir, de bromear con mis amigos… hasta que me sentí ahogado; me es difícil aceptar que mi lugar está medido por normas que no siento mías. Ella dice que si la quiero debo cambiar, ajustar mis palabras. Y yo, me descubro dividido: fascinado por su mundo, pero agotado. Me duele sentir que pierdo un pedazo mío en cada concesión. ¿Cómo se ama con tantas condiciones?

RESPUESTA

Puedes admirar una fe sin tener que habitarla, respetar valores sin obligarte a vestirlos como propios. El amor no es un campo de pruebas para demostrar obediencia ni tampoco convertir tu vida en sacrificio. No pierdas la raíz de lo que eres. Amar no significa perderte: significa crecer, sin borrar tu voz.

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