PREGUNTA

Por seis años fui ayudante en un supermercado y me volví indispensable. Sabía dónde estaba cada cosa: las latas, los jabones, las galletas, la leche, el cereal, el azúcar, los refrescos…todo. Parece ser un trabajo sencillo, pero no lo es. Yo en la chamba me sentía parte de algo grande, hasta que me lastimé la espalda cargando cajas, entonces me quedé sin chamba. Ahora, mi mujer me mira distinto. No traigo dinero, no tengo poder. Paso los días preguntándome si de verdad valgo sin mi uniforme, sin mi rutina, sin mi sueldo. ¿Para qué vivir si ya no soy necesario para nadie?

RESPUESTA

El supermercado ya no está, pero tu familia sí. No es el dinero lo único que te define, tu compañía, el humor, el apoyo cotidiano. Volverte esencial es aprender que el lugar que ocupas puede ser distinto, pero nunca menos digno. Antes cargabas cajas, ahora puedes cargar ánimo, paciencia, esperanza. Los tiempos cambian, pero la fuerza de tu actitud puede hacerse más grande. Vuélvete la presencia que sostiene a tu familia, eso es lo que de verdad importa. Ese uniforme no es lo que te hacía valioso.

PREGUNTA

Últimamente, las personas con las que disfruto tener intimidad, me rechazan, me dicen que están ocupados o dicen que sí, pero luego no se concreta nada; a veces, me dicen que la están pasando mal emocionalmente y trato de entenderlos, pero ¿cómo no tomármelo personal? Vienen estos sentimientos confusos, me siento cero deseada, nada bonita y sola.

RESPUESTA

Busca nuevas compañías, cursos, clases…forzar las relaciones que ya no fluyen sólo es desgastante. No trates de entender el por qué; te recomiendo des un paso hacia adelante y dejes atrás a quien te haga sentir emocionalmente mal. Hay etapas más afines que otras y ese tipo de relaciones solo te quitan amor propio y buena determinación. Elige las relaciones que te permitan crecer para adelante.

PREGUNTA

Mi pareja siempre anda proponiendo cosas nuevas, juguetes, películas, en fin…es como que muy inquieto, y ahora como que me salió con que quiere intentar el poliamor, pero yo soy muy celosa. Me parece que esa no es la solución. Tengo miedo, caray. Meter a personas nuevas entre nosotros como que no puedo...

RESPUESTA

El poliamor puede sonar una excelente travesura, pero no es para todos, hay mucho que experimentar antes de llegar a esos juegos avanzados. Las parejas que se comparten tienen una alianza de lealtad muy especial. Tienen un vínculo de coalición, digamos, que crece con el tiempo. Antes de jugar hay que poner reglas y acuerdos, hay mucho que hablar. Vayan despacio, todo se vale cuando los acuerdos están presentes.

PREGUNTA

Fantaseo muy seguido, por no decir siempre. Desde novios, me gusta hacerlo con mi marido; me imagino cosas, gente y situaciones pero que no comparto con él. En mi cabeza me hago una historia y sólo después de llegar al orgasmo, lo veo y sé que estoy con él, en una cama segura, con un hombre bueno, pero que no me prende. ¿Estoy mal?,¿Soy canijilla? ¿Lo debo de evitar? Dime, ¿es normal fantasear con alguien más, mientras estoy con mi pareja en la cama?

RESPUESTA

Definitivamente sí, las fantasías son privadas y no le hacen daño a nadie. Son parte del juego que uno puede permitirse en la intimidad. No tengas culpas, tus fantasías son cien por ciento tuyas y de nadie más. ¡Gózalas!

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