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PREGUNTA
Supe que me gustaban las mujeres desde que era niña. Yo aprendí a esconderlo. Mis papás estaban más cómodos con la idea de que me gustaran los hombres. Yo, para darles gusto y no problemas, me adapté. Jugué el papel muchos años. Yo fingí en la prepa varios noviazgos y, ahora que estudio para contadora, me he convertido en la hija que esperan, pero no en la mujer que soy. Vivo con ellos y la distancia que yo siento crece cada día, pero no sé cómo salir del clóset. Lo que tengo ahora es miedo de decepcionar a mis padres porque yo sé que deseo vivir con verdad.
RESPUESTA
Ser quien eres no te hace desleal, tu verdad importa. Rodéate de gente que te escucha y te acepta sin condiciones, sin muchas palabras. Puede ser que tus padres ya lo sepan, actúa natural y, poco a poco, sin muchas explicaciones, comienza a ser tú.
PREGUNTA
Sé que si salgo del clóset mi mamá me va a dejar de hablar. Ella es de las personas que refiere a las lesbianas con asco, como si fueran un defecto de la naturaleza, una vergüenza. Creo que por eso voy a seguir fingiendo que me gustan los hombres hasta que se muera, dure lo que dure…aunque por dentro me esté rompiendo. ¿Está mal mentir para no perderlo todo?
RESPUESTA
No se puede vivir para mantener una imagen. Tal vez salir del clóset signifique perder a algunas personas, pero el vacío de vivir una mentira también es feo. Si algún día decides decirlo, hazlo sabiendo que no estás sola: busca una red, hazte fuerte con personas inteligentes. Ser tú misma es el único lujo que no deberías negarte.
PREGUNTA
A mi novia le encanta sentirse deseada por otros. Se arregla cuando vamos a reuniones, sonríe con desconocidos, sube fotos provocativas a redes... a veces, me hace sentir invisible. Yo la amo mucho y reconozco que es muy guapa, pero cada vez que noto esas miradas que busca, me siento…no menos hombre, pero sí menos suficiente. Crece en mí un sentimiento que no puedo dominar y que me come por dentro. ¿Qué me pasa?
RESPUESTA
No se trata de controlar a tu chica ni de prohibirle nada, sino de preguntarte si tu amor es correspondido en dignidad. Tú mereces sentirte visto, importante, seguro. No compitas con extraños, observa lo que ustedes dos comparten. Di lo que ves, lo que sientes. Si ella te ama, sabrá mirarte. Si no, tú siempre puedes mirar hacia adentro y elegir la paz que mereces.
PREGUNTA
Vi por primera vez en cuarenta años la foto de Eduardo, mi amor imposible de la juventud. Me resistía a buscarlo en las redes sociales, porque hasta entonces soñaba y me tocaba muy seguido pensando en él, pero en el súper me encontré con un amigo de la bola de entonces e insistió, y me la enseñó. Lo vi... y ¡zas! Se me cayó el ídolo al piso... Está ciego, acabado, nada que ver con el Eduardo de mi recuerdo. Me arrepiento de haber visto su fotografía. ¿Hice mal?
RESPUESTA
No hiciste mal. Hiciste humano al hombre que habías idealizado. Eduardo no se cayó del pedestal… ¡se bajó solito en pantuflas y panza! Pero tranquila, lo importante no es cómo está él ahora, sino cómo te hizo sentir entonces. La nostalgia tiene Photoshop, la realidad no.