Hablar de ovnis en el Congreso de Estados Unidos ya no es ciencia ficción ni un pasatiempo marginal: se ha convertido en un tema de seguridad nacional y de interés ciudadano. Estas audiencias marcan un antes y un después en la manera en que el gobierno aborda los fenómenos aéreos anómalos. Durante décadas, las historias de pilotos, marinos y militares fueron silenciadas o ridiculizadas. Hoy, esos mismos hombres y mujeres encuentran un espacio oficial para contar lo que vivieron, bajo juramento y frente al pueblo estadounidense.

Más allá de los testimonios técnicos, lo que está en juego es la confianza. Cada declaración abre grietas en el muro de secreto que rodea a este fenómeno y conecta con una pregunta universal: ¿estamos solos o no en el universo? Las experiencias relatadas no solo estremecen por su espectacularidad, sino porque nos enfrentan a la posibilidad de que nuestra realidad sea mucho más amplia y desconocida de lo que imaginamos. El misterio, por primera vez en mucho tiempo, entra de lleno en el corazón político de la nación más poderosa del planeta.

Esta semana se llevó a cabo una nueva audiencia sobre el fenómeno ovni en el Congreso de Estados Unidos, organizada por el grupo de trabajo sobre la desclasificación de secretos federales del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes. En esta sesión se presentó información inédita sobre fenómenos anómalos no identificados (UAP).

La presidenta de este grupo, Anna Paula Luna, señaló: “El pueblo estadounidense merece la máxima transparencia del gobierno federal sobre los avistamientos, adquisiciones e investigaciones de fenómenos aéreos anómalos, y sobre si representan una amenaza potencial para la seguridad nacional”.

Entre los declarantes estuvo Jeffrey Nuccetelli, veterano de la Fuerza Aérea, quien relató cinco avistamientos ocurridos entre 2003 y 2005 en la base de Vandenberg, California. En uno de ellos describió la aparición de “un enorme cuadrado rojo brillante que flotaba silenciosamente” sobre los sistemas de defensa antimisiles, lo que generó pánico entre el personal militar presente.

También participó el suboficial superior de la Marina Alexandro Wiggins, aún en activo, quien presentó un video grabado el 15 de febrero de 2023 a bordo del USS Jackson frente a la costa sur de California. Según relató, un objeto luminoso con forma de “tic-tac”, ovalado y alargado, emergió del océano y se unió a otros tres objetos similares. Los cuatro aceleraron a gran velocidad y desaparecieron del radar. Wiggins, primer militar en activo que expone públicamente un caso de este tipo en Estados Unidos, pidió mejorar la comunicación sobre estos temas para que los uniformados no teman sufrir represalias al compartir sus experiencias.

Otro testimonio destacado fue el de Dylan Borland, veterano de la Fuerza Aérea, quien recordó cómo en 2012 presenció el despegue de un objeto triangular de unos 30 metros, compuesto por “una especie de material fluido”. Afirmó que el artefacto interfería con su teléfono, emitía una energía estática perceptible y un olor a tormenta. Describió la parte superior de la nave como un negro metálico, rodeado de un resplandor dorado similar a un plasma, y relató que ascendió hasta la altura de un avión comercial en cuestión de segundos, sin producir sonido ni desplazamiento de aire.

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