Mireya y Jaime se separaron hace más de cuatro años. En aquel entonces, acordaron que Mauro y Ximena, sus hijos, de entonces 13 años y 11 años respectivamente, se quedaran en guarda y custodia de su mamá.
Ahora que Mauro tiene 17 años y Ximena 15, Jaime notó descuido en su salud alimentaria, lo que los ha llevado a un sobrepeso evidente.
En sus convivencias de fin de semana, los menores confesaron a su padre que Mireya les compra casi a diario comida chatarra, al no disponer de mucho tiempo para darles una buena alimentación.
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Hablaron del tema y ella dijo que le estaba costaba trabajo darles buen cuidado a sus hijos, por su excesiva carga de trabajo, por lo que él pidió la custodia de los hijos, ya que su negocio de ventas por internet le permitía trabajar desde casa. De entrada, ella se negó, pero reculó, consciente de que era lo mejor.
Como cuando se separaron firmaron un convenio de mediación en el Centro de Justicia Alternativa (CJA) del Poder Judicial de la Ciudad de México (Niños Héroes 133, colonia Doctores) sobre la guarda y custodia, la pensión alimenticia y el régimen de visitas y convivencias, Jaime propuso a Mireya acudir a esa instancia para solicitar la modificación del acuerdo.
Acudieron de nuevo y en dos sesiones de mediación familiar, firmaron el nuevo acuerdo: la guarda y custodia a favor de su papá; además, el régimen de visitas y convivencia de Mireya. Sobre la pensión alimenticia, se canceló, porque ya no era necesaria la transferencia mensual para solventar los gastos,
Tras firmar el documento, cuya fuerza legal es la de una sentencia, Jaime y Mireya se estrecharon las manos, y coincidieron en expresar que harían lo mejor para los hijos.