Vivimos la experiencia ‘silent concert’, un concierto en el que los asistentes escuchan la música en vivo únicamente a través de los audífonos que te facilitan los organizadores.
La reunión de la ‘Playhaus’ fue en la terraza de un edificio de la Ciudad de México, donde los Aterciopelados ofrecieron este showcase con canciones como ‘MOR’, ‘Apocalipsis’, ‘Baracunatana’, ‘Florecita rockera’ y ‘Cosita seria’.
Me llamaron la atención varias cosas de esta íntima reunión para una veintena de medios de comunicación. En primera, y la más importante: la calidad del sonido que se podía recibir a través de los audífonos. La voz de la cantante colombiana la podías sentir como un susurro, así como la instrumentación de sus compañeros, que se entienden a detalle.
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Este tipo de conciertos, que se han popularizado en eventos más de corte de música electrónica, también son una manera de tener a los asistentes concentrados en la presentación. No es apto para los que les gusta estar hablando entre canción y canción porque simplemente no se escucharán. Tienen que enfocarse en disfrutar las canciones, como si se tratara de una sesión de escucha de un disco, solo que acá con música en vivo.
Por cerca de 30 minutos, la conexión entre banda y público es completa, en una experiencia en la que simplemente te dejas ir en el mar de sonidos.
Esto es algo que se ha perdido mucho en los últimos años. Los asistentes muchas veces están más enfocados en llevarse un buen video del concierto que en entregarse en cuerpo y alma a la música.
Recientemente, Enrique Bunbury arrebató el celular de uno de sus fans que lo grababa desde las primeras filas en uno de sus shows. Este hecho generó algunas críticas al español, pero también la reflexión sobre el uso de celulares en un concierto.
La banda Tool sabemos que ha pedido enérgicamente a sus seguidores que no graben sus en vivos y que mejor se dediquen a experimentar con su escucha.
Pues bueno, en estas ‘Playhaus’, en las que próximamente estarán los Okills, sí o sí te tienes que enfocar en los acordes que pasan de los audífonos a tu sentido auditivo, y créanme que es una gran experiencia para los amantes de la música.
Este concierto de los Aterciopelados ocurrió el pasado jueves en una tarde lluviosa que amenazaba con dejarnos a todos hechos una sopa y estropearlo todo. Por fortuna, fue una llovizna moderada que, incluso, hizo esta experiencia aún más memorable.
ENCORE. Para cuando leas estas líneas, Evaristo Páramos de La Polla Récords ya debió haber explotado a la Arena Ciudad de México con su dosis de punk rock. Será histórico ver a este personaje revolucionario en el confort del recinto de TV Azteca.
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