La escasa asistencia a la segunda marcha convocada por la llamada Generación Z exhibe carencia de liderazgos estratégicos, de una noción precisa de lo demandado y de representatividad respecto al grupo generacional que dicen movilizar.
Aunque las cifras pueden ser debatibles, por lo observado ayer sobre Paseo de la Reforma rumbo al Zócalo, menos de 300 personas acompañaron el contingente sin mayores incidentes.
Convocada a menos de una semana de la primera manifestación, que terminó en enfrentamiento con la policía tras la provocación de un grupo y con saldo de un centenar de agentes lesionados y 18 detenidos, la nueva manifestación se desinfló.
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En algunas regiones del México revolucionario solían calificar como “llamarada de petate” a los eventos o emociones que aparentaban mucha intensidad o importancia, pero de escaso alcance o trascendencia. El motivo era muy sencillo: al quemarse, el petate produce una llama aparatosa, pero se consume con extrema rapidez.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anticipó en su mensaje al abrir el desfile conmemorativo del 115 aniversario de la Revolución Mexicana: “La paz y la tranquilidad son fruto de la justicia, por ello no tienen resonancia los discursos que normalizan la violencia como camino”.
Visión para sintetizar la realidad de la transformación, como lo es también el de la Jefa de Gobierno de la CDMX, Clara Brugada, al reafirmar la memoria colectiva como la guía de los cambios.
¡Ponte al tiro! Los grandes movimientos cuentan con liderazgos estratégicos.
@guerrerochipres


