Las motocicletas ya no son solo medio de transporte alternativo, sino parte central de la movilidad laboral de grandes ciudades.
Están en cada pedido y en el transporte de pasajeros, pero también en el ojo del huracán por los accidentes protagonizados y la necesidad de regular su operación como mototaxis de app.
En la Ciudad de México, hasta el año pasado, había un registro de 716 mil 400 motocicletas, según el INEGI; el 80 por ciento en función laboral. El atractivo es claro: menor costo, ahorro de tiempo y bajo consumo de combustible.
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El riesgo también es alto. Cada día, en la línea de emergencias 9-1-1, operada desde el C5, recibimos en promedio 39 reportes de accidentes de motocicletas.
La muerte esta semana de una pasajera de mototaxi por app, en Paseo de la Reforma, fue una alarma que ya no puede ignorarse. La Jefa de Gobierno de la CDMX, Clara Brugada, impulsa reformas legales para un marco normativo preciso, y la Semovi revisará las condiciones de operación de las aplicaciones.
Regular es necesario, aunque insuficiente si no hay cultura preventiva y respeto al Reglamento de Tránsito. Un motociclista sabe que el casco hace la diferencia, de ahí la recomendación de usar uno certificado, bien ajustado, con sistema de retención. Lo mismo la ropa, tanto para quien conduce como para quien va de pasajero.
Quienes trabajan sobre una moto —calificada por la Organización Panamericana de la Salud como “producto nocivo”— o la usan como taxi merecen un entorno seguro.
¡Ponte al tiro! Es tiempo de afinar motores, los mecánicos y los de la conciencia vial.
@guerrerochipres