La proximidad está más allá de la cercanía física: es construir presencia, generar vínculo, estar disponible, visible y atento. Y esto va desde las relaciones personales hasta la seguridad.
En la Ciudad de México, este principio se traduce en dos aspectos complementarios: la Policía de Proximidad y la expansión del monitoreo a través del C5, con el nuevo ecosistema mixto de videovigilancia que incorpora cámaras privadas.
Desde lo terrestre hasta lo aéreo, ambas estrategias se ajustan a una política de seguridad delineada por la Jefa de Gobierno, Clara Brugada: fortalecer el vínculo con la comunidad para la construcción de seguridad.
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El convenio entre el C5 y la Asociación Nacional de Tiendas Departamentales y de Autoservicios, con la disposición de su presidente Diego Cosío Barto, para el modelo de videovigilancia mixta, ya empleado en ciudades como Londres, Nueva York o Sao Paolo, representa un salto cualitativo en la seguridad con la incorporación de las cámaras de 5 mil establecimientos afiliados en la CDMX a la ANTAD. Comunidad empresarial en favor del bien común.
En paralelo, el modelo de Policía de Proximidad, presentado por el secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Vázquez, implica presencia del policía en el barrio, con las personas, en recorridos casa por casa. Es una oportunidad de conocer a quienes cuidan la colonia.
Una táctica sustentada en evidencia: la vigilancia cotidiana, compartida entre ciudadanía y gobierno, previene más que la viralización de los castigos.
¡Ponte al tiro! Si un policía llama a tu puerta, no te asustes, solo quiere que lo conozcas. @guerrerochipres