Una muy rara es la que nos compartió nuestro amigo Marcial, de esas que más que dolor causan risa.

“Me abordó un señor y me pidió que lo llevará a Garibaldi porque se había portado mal y quería llevarle mariachis a su para ver la manera de que lo perdonara.

“Al llegar ahí me dejó un billete de 200, ‘espéreme, no me tardo, para que vayamos a la casa y ellos nos sigan’. Lo vi preguntarles a varios grupos, pero ninguno lo convencía.

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“No me corría prisa, total el taxímetro marcaba 77 pesos. Y, aunque ya me estaba aburriendo y tenía ganas de irme, lo esperé con paciencia.

“De pronto, apareció todo triste. ‘Están muy caros, se pasan. Ahh, tengo una idea’, y regresó con cuatro mariachis, un trompeta, una guitarra, un violín y un cantante. Luego, hizo una llamada, habló supongo que con su mujer y le pidió perdón muchas veces; luego los músicos tocaron tres canciones y él colgó.

“Se subió al taxi y me dijo: ‘Ahora sí a mi casa’. Mi sorpresa fue mayúscula, pues vivía muy cerca y, al llegar, su esposa lo estaba esperando. Al bajarse, me dio 200 pesos más y vi cómo se abrazaban. “Fue una serenata muy rara, por celular, la cual sirvió para que perdonaran al pasajero que, en el camino a su casa, me confesó que el motivo del enojo de su esposa fue porque se le había pasado la fecha de su cumpleaños”.

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