En los taxis, los pasajeros suelen olvidar todo tipo de cosas, pero dejar una cartera con dinero y un celular es inusual. Esto le ocurrió a Luis Arturo en diciembre.
“Una pareja me hizo la parada en Villa Coapa para que los llevara al Gran Fórum de Taxqueña. Iban echando tiros, bien arregladitos y oliendo a perfume.
“Me platicaron que era la comida de fin de año de su empresa y que si tenía cambio de un billete de 500, porque habían ido al cajero automático y sólo les había dado puro billete chonco. Les dije que sí.
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“El chiste es que casi no platicaron, sólo iban abrazados y besándose y yo, mal pensado, me dije a mí mismo ‘estos no son esposos, son amigos con derechos’.
“El hecho es que al llegar me dieron el billete, les entregué su cambio y cada quien por su lado. Para mi mala suerte, luego de dejarlos, nadie me hizo la parada. En eso escucho sonar un celular, pero no le hice caso, hasta la cuarta vez me detuve, y estaba dentro de una bolsa de mano.
“Al abrirla estaba el camarón y el celular, era uno bien caro. Respondí y era la chava, y casi llorando me pidió que le regresara sus cosas. Le dije que sí.
“Afuera del salón me estaba esperando, la reconocí de inmediato. Le entregué la bolsa, ella la abrió, revisó que no le faltara nada, sonrío y me dio 500 pesos de propina, y todos salimos ganando”.
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