Se subió un hombre como de unos 30 años y me dijo que lo llevara a la Agrícola Oriental; al llegar a calle Sur 20 y Rojo Gómez, me dijo ‘espérame, no me tardo’ y me dio un billete de 500 pesos.
“Lo esperé, pasaron diez minutos y salió corriendo del lugar. Detrás de él como cinco personas entre hombres y mujeres.
“Abrió el coche y se metió: ‘arráncate de volada, pero como tenía apagada la unidad, se tardó en dar marcha y que me lo bajan.
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“De pronto, me vieron y gritaron que venía con él y también que me bajaron y golpearon. Por más que les decía que yo sólo lo había llevado al lugar, no me dejaban de pegar.
“Uno de ellos por fin se apiadó de mí y les dijo que me dejarán en paz ‘te me largas ahorita o te va peor’, me gritó, como pude me subí al coche y que me largo del lugar.
“En el camino vi a una patrulla y le dije que calles atrás estaban golpeando a un hombre, pero no les importó porque el que iba de piloto me respondió que iban a atender otro asunto.
“La verdad, me fui a la casa a darme un baño y un buen masaje, total, no era mi asunto, pero me quedé con la duda de qué les había hecho el pasajero”, concluye Leobardo.
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