El Centro Histórico (CH) es más que edificios patrimoniales: es un espacio vivo, habitado y transitado por cientos de miles de personas al día. Por eso, el ambicioso plan de recuperación que presentó Clara Brugada, jefa de Gobierno, busca devolverle su vocación de hogar.
Se pretende que el Centro Histórico vuelva a llenarse de vida cotidiana, con viviendas dignas para desplazados o para quienes quieran vivir una experiencia urbana integral. Para ello, se anunció un “Bando especial del CH” que regulará el uso de suelo, frenará la conversión de inmuebles patrimoniales en bodegas y fomentará la vivienda habitacional.
Otro eje es la iluminación como símbolo de seguridad y presencia institucional. El plan incluye una inversión millonaria para instalar lámparas LED, postes con pantallas, cámaras y botones de pánico en 52 km de calles del CH, especialmente en el oriente.
¿Qué propone el plan de recuperación del Centro Histórico?
Sin embargo, el punto más delicado es el reordenamiento del comercio ambulante. Con miles de vendedores en el primer cuadro, muchos ocupando banquetas, muros y calles, el plan prevé su reubicación en espacios dignos y la creación de una Comisión Consultiva que integre voces diversas: autoridades, comerciantes, artesanos indígenas, académicos, colectivos feministas y todos los grupos involucrados.
Aunque las medidas son contundentes, los retos son profundos. Repoblar exige más que vivienda: requiere servicios, transporte y empleo formal. Iluminar no basta si no hay mantenimiento ni infraestructura funcional. Y reordenar el ambulantaje sin incluir reubicaciones definitivas puede generar nuevos conflictos.
El Centro Histórico no necesita solo luces ni fachadas: necesita vida, oportunidades y respeto por quienes ya lo habitan. Que el plan de recuperación no se quede en espectáculo dependerá del compromiso político, la rendición de cuentas y la participación ciudadana real.
Presidente de Procentrhico


