El Centro Histórico (CH), orgullo cultural y testimonio vivo de siglos de historia, enfrenta hoy una alarmante combinación de abandono, saturación y desgobierno. A pesar de su relevancia patrimonial, comercial y turística, sus calles reflejan un deterioro progresivo.
Más de 130 inmuebles están en riesgo de colapso, muchos aún habitados, lo que pone en peligro vidas y evidencia la falta de mantenimiento estructural. A esto se suma el hundimiento del suelo, que agrava las grietas en edificaciones antiguas sin recibir la atención técnica ni financiera adecuada.
El comercio informal ha rebasado toda capacidad de regulación. El ambulantaje creció exponencialmente en el último año.
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Esta competencia desleal daña a los negocios formales y convierte al CH en un laberinto peatonal.
La movilidad está al borde del colapso; “diablitos”, motocicletas, triciclos y scooters circulan sin reglas, mientras los camiones de carga dañan calles históricas y afectan la infraestructura urbana.
La falta de orden propicia un entorno caótico poco amable para residentes y visitantes.
El despoblamiento es hoy un gran problema ya que de haber tenido 200 mil habitantes a mediados del siglo XX, hoy quedan muchísimo menos, unos 38 mil en la zona.
Se requieren políticas públicas responsables, reales y compartidas para repoblar al CH, no solo operativos temporales, sino una estrategia integral: inversión en vivienda, recuperación del espacio público, regulación del comercio informal, mejora de servicios urbanos y protección real del patrimonio.
De lo contrario, lo que alguna vez fue el corazón de la ciudad seguirá latiendo cada vez más débil. Le exigimos a autoridades crear mesas de trabajo para, de manera integral, hallar soluciones a estos problemas que nos aquejan. *Presidente de Procentrhico