Por años, el sueño de muchos cantantes del regional mexicano ha sido presentarse en el Auditorio Nacional. Este fin de semana, Bobby Pulido lo hizo… con la tranquilidad de quien sabe que no llegó por moda, sino por trayectoria.

Está en su gira de despedida porque ahora quiere probar suerte en la política de Estados Unidos. No es un capricho: ya ha tenido acercamientos exitosos, como su padre, impulsando becas para paisanos en Texas. Su historial incluye logros, no solo promesas de campaña.

Pulido no solo llenó un escenario, llenó de recuerdos a una generación que lo vio mezclar música mexicana con norteña cuando no había redes sociales para hacerte famoso en 15 segundos. Lo suyo fue trabajo, carretera y noches infinitas de escenario. Esa noche, lo recordó al invitar a Santa Fe Klan —humilde, cercano y sonriente— y a Víctor García, que últimamente parece tener más asesores que amigos y que, de tanto que le han inflado el ego, ya ni saluda igual. Punto para Santa Fe. Punto para Bobby.

Y para Víctor… una brújula, para que encuentre de nuevo el piso. Mientras tanto, en otro punto de la ciudad, Banda El Recodo y Banda Machos demostraban que los clásicos no pasan de moda.

Con una gira que apela a la nostalgia, sonaron incluso mejor que en sus inicios, recordándonos que la experiencia también afina voces y corrige pasos. Verlos juntos es como abrir un álbum de fotos donde la juventud tiene banda sonora y cada acorde revive una época.

Detrás de El Recodo, la visión y constancia de la Familia LizárragaPoncho, Chuyita Dali Lizárraga y Yazid Benitez— han sido piezas clave para mantener vivo el movimiento, acercarse a nuevas generaciones y, sobre todo, atender con dedicación a sus fans, sin prostituir su movimiento y dando pasos con dignidad.

Que este fin de semana hayan coincidido dos conciertos de nostalgia del regional mexicano es prueba de que esta música no es moda pasajera. Es parte de la memoria colectiva, un pedazo de historia que sigue llenando recintos y que merece ser reconocida con el mismo respeto que se le da a cualquier género “de élite”.

Pulido, El Recodo y Los Machos pertenecen a una generación que entendió que el público se conquista con respeto, promoción constante y kilómetros recorridos, no con filtros de Instagram.

Supieron construir carreras sólidas, reencontrarse con los medios y ganarse a la gente a base de disciplina y constancia, a diferencia de ciertas “estrellas” actuales, que se levantan con likes, se sostienen con pautas pagadas… y cuya fama dura menos que un video de 15 segundos. Por hoy es todo.

Nos leemos la próxima, aquí donde quizá hablemos de ti.

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