La semana pasada, profesionales de la música regional mexicana presumieron en redes un evento en Guadalajara llamado ‘Unión Musical’, dirigido por Iván Sergei y organizado por Scanner Sound, empresa de monitoreo especializada.
Prometía conferencias reveladoras, que acabaron en anécdotas de cantina y premios entre compadres, y bajo la excusa de “unir el mercado” sólo transmitieron un pretexto para engordar bolsillos.
El evento de Scanner Sound falló y con él varios de sus conferencistas se quedaron cortos con su premisa de ofrecer contenido de calidad y dejaron en evidencia que están en este negocio por suerte, y que la formación es una casualidad. Le quedaron a deber a quien pagó de mil 500 a 3 mil pesos por cada acceso.
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Los temas urgentes —monopolios en espectáculos, radio vs. plataformas digitales, reventa de boletos, inteligencia artificial y payola— recibieron un repasón: nadie profundizó por miedo a pisar callos y acabar escupiendo al cielo, y gran parte de los expositores olvidaron que los asistentes requieren cifras reales, casos de éxito y estrategias claras para que los vivales no les saquen la lana o les roben su obra.
La idea de unificar criterios y compartir conocimientos no es mala, pero como expertos, ‘Unión Musical’ falló, no cumplieron su premisa y fracasaron en su afán de “dignificar a la música”.
La industria merece profesionalización: conferencias con contenido sólido, datos duros y redes de apoyo reales, no tertulias para erigir un bloque de poder que beneficie a unos cuantos.
Cuando emprendedores, artistas y programadores con visión trabajen juntos con transparencia y profesionalización, daremos un paso de verdad. Nos leemos la próxima, aquí donde quizá hablemos de ti.