LO DOBLAN

A punto de cumplirse un mes del paro laboral en el Poder Judicial de la CDMX, su presidente Rafael Guerra Álvarez se olvidó de la autonomía del órgano que dirige y tuvo que apoyarse en el Gobierno capitalino, que encabeza Clara Brugada, para dar una postura.

Desde el 30 de mayo, nadie en Poder Judicial se había preocupado por dar la cara, y se limitaron a realizar —según ellos— mesas de trabajo con trabajadores.

Hasta ahora que ‘el agua les llega hasta el cuello’ y que el rezago pone en riesgo de colapso la impartición de justicia, Guerra dice estar interesado en el bienestar de los trabajadores para que regresen a laborar.

SANA DISTANCIA

Y ya que se dejó ver, ayer a Guerra Álvarez le preguntaron por qué en la ciudad a las audiencias celebradas no pueden entrar los medios de comunicación, a diferencia de otras entidades.

Según Guerra, esto se debe a que el Tribunal protege a representantes de los medios, porque “la epidemia no ha terminado”, dijo que todavía hay casos de “influencia y de Covid-19” y que por eso se limita el acceso.

Guerra Álvarez parece que tiene su propio semáforo epidemiológico, y al más puro estilo de Hugo López-Gatell, lo usa a su conveniencia.

IMPROVISADO

Ayer, en el Senado de la República tomó protesta como senador Erasmo Catarino, “El Conde de Xalpatláhuac”. ¿Quién es él?, pues ganador de un reality realizado allá por 2005 llamado “La Academia”. Catarino es el suplente del senador del Partido Verde, Luis Armando Melgar, quien pidió licencia del 25 al 29 de junio, o sea que Catarino será senador por cinco días.

Y no solo llegó para votar por la reforma en Materia Ferroviaria, también lo hará por las reformas para que el Coneval pase al Inegi, así como en la Ley de Telecomunicaciones, Guardia Nacional y la Ley de Personas Desaparecidas, que se discutirán estos días. Temas que seguramente el excantante domina y ya estudió.

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