El 11 de enero de 2025, la señora María Teresa Gutiérrez interpuso su cuerpo entre la pistola que sostenía Sebastián “N” y sus dos hijas, Alejandra y Andrea Ávalos Gutiérrez; sin embargo, , cayó al suelo y luego vio agonizar a sus “bebés” afuera de su casa en Chimalhuacán, Edomex.

Con 22 años, Alejandra era maestra en una primaria; un año antes terminó su relación con Rummin “N”, por la violencia sicológica, que ejerció contra ella.

Aquel sábado 11 de enero, Alejandra y su hermana iban a comprar algo de cenar, cuando un par de mujeres llegaron a su casa y exigieron que saliera Alejandra; así lo hizo con su hermana. María Teresa

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Las mujeres acusaron a Alejandra de molestarlas en redes sociales, hecho que negó, pues había cerrado sus redes y cambiado de número dos veces ante el acoso digital que padeció. Anteriormente, Rummin, su madre y las mujeres que ahora se presentaban ante la casa de Alejandra ya la habían agredido.

¿Cómo una discusión terminó en una tragedia familiar?

La discusión llegó a los golpes hasta terminar en la esquina de la casa de los papás de Alejandra. Ahí estaba estacionado un coche del que bajó Sebastián, sobrino de Rummin. “Sacó la pistola y me dio primero a mí, en la cabeza, me quedé tirada en el suelo, escuché el caos y luego vi cuando cayó Andrea; se quedó con la mirada abierta, desde ahí supe que mi hija había fallecido”, contó su madre.

Andrea, de 29 años, estaba por graduarse como contadora. “Era todo para nosotros”, dice la señora, quien a pesar de haber recibido un disparo en la cabeza, pidió ser dada de alta para despedirse de su hija.

Pero, en la madrugada del 12 de enero, cuando María Teresa regresó del hospital, “ya estaba todo acordonado, mi hija quedó tendida en la calle y no pude ni despedirme”. Alejandra fue hospitalizada, pero falleció al otro día.

“Era muy alegre, quizá si hubiera sobrevivido se culparía por la muerte de su hermana y ella hubiera hecho lo mismo por Andrea, salir a defenderla”, lamentó María Teresa.

Alejandra advirtió que Rummin era violento, por eso lo dejó. Los padres de la joven incluso hallaron una carta que evidenciaba la violencia de su pareja.

Ahora, María Teresa y Manuel Ávalos, padres de las jóvenes asesinadas, han buscado justicia; “nosotros confiamos en que las autoridades están haciendo su trabajo. Sabemos que no somos el único caso, que es complejo, pero nos gustaría que ya detuvieran a los responsables”, demandó Manuel. Aún no hay orden de aprehensión para los involucrados.

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