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CIUDAD DE MÉXICO.- Un grito de auxilio alertó a los habitantes de Miguel Hidalgo que fueron testigos del momento en el que Jorge mató a una joven para robarla. Los vecinos lo siguieron y ayudaron para que la policía aprehendiera al exreo.
En la colonia Peralitos conocen al homicida como “El Pequeño”, un hombre que en enero salió del reclusorio para seguir delinquiendo. Se llama Jorge Israel, tiene 44 años y es identificado por ser la persona que amaga a sus víctimas para robarles.
Ayer, las cámaras de vigilancia de la colonia y la cámara de un taxi que circulaba por la calle Lago Trasimeno captaron al agresor acechar a su víctima. Ella, una joven de no más de 20 años, caminaba a paso veloz por la banqueta de la calle.
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Tal vez casi corría en las imágenes porque se había percatado de que detrás de ella iba el ladrón. Y es que él la siguió desde una calle antes y aunque ella pasó frente a un módulo de policía, nadie la auxilio, pues el lugar está abandonado.
Así, la joven continuó su camino hasta que fue alcanzada por el delincuente. En las imágenes, ella intenta escapar del asaltante y grita para pedir auxilio de quienes caminaban por el lugar o circulaban en sus vehículos.
Últimos pasos. La joven pedía ayuda, pero a nadie le dio tiempo de auxiliarla para evitar que “El Pequeño” insertara un cuchillo en el pecho de la joven. Herida, la mujer dio unos pasos detrás del atacante, pero las lesiones la hicieron caer.
Los testigos pidieron ayuda de policías y paramédicos, pero también corrieron tras el hombre. Él fue ubicado cuando ingresó a un domicilio ubicado en una calle cerrada a unos metros de la víctima.
Mientras los paramédicos confirmaban que ella había muerto, los policías se entrevistaban con los habitantes de la colonia para tratar de detener al homicida. Fue en la azotea de la casa donde los agentes hallaron a Jorge Israel.
Él ya no vestía la camiseta negra que llevaba al cometer la agresión, sino una sudadera blanca sin rastros de sangre.
En el lugar nadie logró reconocer a la víctima. Sólo se supo que era una joven de unos 20 años que yacía en la calle sin ninguna pertenencia que ayudara a identificarla. Por eso, su cuerpo fue trasladado al anfiteatro de la agencia ministerial, en donde permanecía como desconocido.
