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Para la policía fue difícil desapartar a una mujer del cuerpo de su hijo. Él falleció en un accidente de motocicleta sobre la Carretera Federal México-Texcoco, a la altura del kilómetro 13+400.
Al ir presuntamente echando carreritas con otro motociclista, ambos jóvenes, de unos 23 años, chocaron entre sí. Uno de ellos alcanzó a librarla y fue trasladado a un hospital, pero el otro se impactó contra el poste de una luminaria y aunque llevaba casco, falleció en el sitio. Su cuerpo quedó justo debajo de un camellón donde hay dos cruces en memoria de personas que también fallecieron en accidentes de tránsito.
Los hechos ocurrieron alrededor de las tres de la tarde y fue hasta las cinco cuando los familiares del hombre fallecido llegaron al lugar. Entre montículos de polvo levantados por la alta afluencia de carros que se dirigían hacia la Ciudad de México, la madre permaneció sentada sobre el camellón frente al cuerpo.
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Un señor de playera verde la abrazaba, pero ella parecía estar en shock. Nunca se desapartó de su hijo hasta que una ambulancia forense llegó al lugar y las autoridades tuvieron que retirarla para que los peritos trabajaran en el sitio.
—¡No por favor no se lo lleven! —gritaba la señora desconsolada mientras personal de la Fiscalía mexiquense subía el cuerpo a una camilla.
En esos momentos llegó una de las últimas familiares a identificar el cuerpo: se trataba de una joven que corrió a abrazar a la señora.
Antes de que la unidad forense se retirara del sitio, la madre del joven se desmayó. Sobre el pavimento permaneció inconsciente unos minutos y después fue auxiliada por policías municipales.
La escena fue observada por trabajadores, del Cedis Coppel Texcoco y de una fábrica de autos, que terminaban sus jornadas laborales.
