Las cuatro empleadas del ubicado sobre Av. Presidentes de Coacalco, en el municipio mexiquense de este mismo nombre, salieron asustadas al escuchar un fuerte estruendo.

No fue un choque como ellas creyeron. Ahí afuera estaba el cuerpo ensangrentado de un motociclista, de apenas 16 años, quien murió tras ir a exceso de velocidad y derrapar.

No llevaba casco y tras pasar la calle Manuel Pérez Balbuena perdió el control de su motoneta, azul con negro, y salió volando.

Quedó con la cara deshecha, casi irreconocible.

Su madre fue quien llegó a identificar el cuerpo. Le pidió a los policías que lo voltearan para que ella pudiera ver su cara, pero ellos le pidieron esperar al Ministerio Público.

Mientras policías municipales acordonaban la zona, el lugar se llenó de curiosos quienes regresaban del trabajo. Otros más llevaban tortillas y refrescos y se quedaban observando el cadáver.

El accidente ocurrió a la una de la tarde y aún pasadas las tres el cuerpo del joven seguía ahí tirado en la carpeta asfáltica.

Al lugar nunca llegó una ambulancia forense. En su lugar se presentó una camioneta roja con la leyenda "Servicios Funerarios".

Solo un perito fue quien se encargó de recabar los indicios correspondientes.

No portaba uniforme y solo lo identificaba una placa de la Fiscalía Mexiquense.

Este 2025 la dependencia recibió más de 5 mil millones de pesos para los MP de la entidad, pero, esas condiciones de trabajo en la calle reflejan algo distinto.

Al momento en el que cadáver fue subido a una camilla, la madre comenzó a gritar. Quiso volver a abrazar a su hijo, pero el resto de los familiares la contuvieron en sus brazos.

Curiosamente en el sitio donde el motociclista falleció había una cruz con flores rojas en memoria de otro difunto.

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