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Áxel Francisco mató a su compañero de trabajo con el arma de cargo que la empresa de seguridad privada le otorgó.
Primero dijo que el fallecido se había disparado por sí solo y le colocó la pistola en la mano izquierda, pero el balazo lo tenía del lado derecho de la cabeza. Tras ser descubierto en la mentira, el guardia declaró que por un error le disparó a Ángel Uriel.
Ambos cubrían el turno vespertino del domingo en una empresa de empaques ubicada en la colonia San Nicolás Tolentino, en Iztapalapa, cuando ocurrió el homicidio. Ellos se encontraban en la caseta de vigilancia del número 103 en la calle Hidalgo.
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Ahí, Áxel Francisco supuestamente desenfundó su arma para limpiarla. Por “un error”, el hombre disparó la pistola calibre 280 y la bala dio directo en la cabeza de Ángel Uriel.
Tras lo ocurrido, el vigilante dio aviso a la empresa de Seguridad Privada Pantera y pidió ayuda de paramédicos, quienes ingresaron, pero sólo para confirmar que el herido de 20 años había muerto.
La versión de que se había quitado la vida se descartó cuando los policías vieron que el arma no la tenía en la mano derecha, es decir, del mismo lado de la cabeza donde tenía el impacto. Las autoridades detuvieron al guardia Áxel Francisco e investigan los hechos.
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¿Cómo cacharon la mentira de Áxel Francisco?
Cuando los agentes revisaron la escena, notaron inconsistencias entre la versión del presunto responsable y la posición del cuerpo. La pistola estaba en la mano izquierda de la víctima, pero el disparo había ingresado por el lado derecho del cráneo, lo que encendió las alarmas sobre una posible manipulación del cadáver.
Tras su detención, Áxel Francisco fue trasladado al Ministerio Público, donde modificó su declaración inicial. Alegó que todo se trató de un accidente mientras limpiaba su arma de cargo. Sin embargo, las autoridades continúan con la investigación para determinar si el disparo fue intencional o si efectivamente se trató de una negligencia fatal.