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Jesús le quito la vida a su madre y a su abuela, y después metió sus cuerpos a un refrigerador en su propia casa en Tlalnepantla. Durante 465 días no se supo nada del joven de 26 años, hasta este 23 de abril cuando las autoridades del Estado de México reportaron su detención y traslado a un centro penitenciario del municipio.
El 19 de enero del 2024, el domicilio donde Jesús vivía, en la colonia Marina Nacional, se llenó de policías. Los vecinos ya no aguantaban el olor fétido que emanaba de la casa de fachada rosa y zaguán negro en la calle Lerdo de Tejada.
Los olores coincidían con la desaparición de Doña Salud, de 95 años y de Aurora, de 63, quienes ese día fueron encontradas en estado de descomposición al interior de un refrigerador colocado en el segundo piso del domicilio. Sus cuerpos llevaban tres días ahí.
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El 15 de enero de ese año Jesús les arrebato la vida y ese mismo día se dio a la fuga. Cámaras de vigilancia captaron que a las 15:30 horas, él salió de su casa con una bolsa de mandado verde y jamás regresó.
Las últimas imágenes donde se captó a Jesús fueron de esa tarde cuando él caminaba sobre la Avenida Necaxa, de la misma colonia.
Nadie sospechaba de él. Sus vecinos lo identificaban como un abogado sin ejercer, a veces malhumorado, pero lo consideraban una buena persona.
De acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía mexiquense, Jesús Efrén “N” se mantuvo oculto en el municipio de Tlaltizapán, en Morelos, donde fue detenido.
El hombre fue trasladado al Centro Penitenciario y de Reinserción Social Lic. Juan Fernández Albarrán, en Tlalnepantla, donde enfrentará un juicio para la definición de su situación jurídica.