Los vecinos de vivieron como un deja vú el hallazgo de los restos de una mujer en un cesto morado el pasado 18 de marzo. Esto también pasó en 2018 cuando encontraron el cadáver de Ingrid Allison, de 14 años, al interior de una maleta, y en 2013, cuando localizaron, en botes de basura, restos esparcidos de la joven Sandra Camacho Aguilar, de 17 años. Ambos hallazgos fueron en la Unidad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco.

A Ingrid Allison la con huellas de tortura y con un balazo en la cabeza. La noche antes del 12 de noviembre de 2018, fecha en que la encontraron muerta, ella salió con una mujer, identificada como Melisa, de 22 años.

Fue la principal sospechosa del homicidio. En su casa ubicada en esta unidad de Tlatelolco, encontraron restos de sangre de Ingrid.

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Cuando las autoridades revisaron las cámaras de seguridad, encontraron que un hombre, a quien señalaron como su cómplice, salió de la unidad habitacional arrastrando la maleta con el cadáver de la joven.

El caso se puso más turbio porque en diciembre de ese mismo año, Melissa fue asesinada a balazos por un sicario de la Unión Tepito, apodado "El Tapón, quien la habría matado por una deuda de 20 mil pesos con el cártel.

El feminicidio de Ingrid Allison sigue impune. Con la muerte de Melissa, las autoridades detuvieron la investigación.

En 2013 hubo otro caso que estremeció a los habitantes de este lugar porque las jardineras de la Unidad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco también fueron usadas como depósito de restos humanos. En junio de ese año, localizaron desmembrada a Sandra Camacho Aguilar, de 17 años. Sus restos fueron repartidos en varios botes de basura.

La joven había sido contactada, vía Facebook, por Javier Méndez, quien le prometió conseguirle trabajo como edecán.

En el Edificio Presidente Juárez, de esta unidad, ambos discutieron y él terminó estrangulándola. Para deshacerse de ella, la cortó en cachitos y los repartió en varios contenedores.

Javier fue detenido ese año y fue condenado a 50 años de prisión en el Reclusorio Norte por el delito de feminicidio.

El caso de Sandra Camacho Aguilar revivió en enero de este 2025, porque su familia ha pedido a la Suprema Corte reabrir el caso para que el agresor reciba una sentencia mayor.

Los vecinos de Tlatelolco han vivido el eco de estos crímenes

A espaldas de esta unidad, mataron a dos personas el pasado 27 de febrero y el 14 de diciembre ejecutaron a un hombre en los pasillos del Edificio Pipila.

La histórica zona que Carlos Monsivaís calificó como “la utopía de México sin vecindades” se ha convertido en un sitio abandonado por las autoridades.

Los vecinos dicen que los delincuentes conocen a la perfección dónde quedan los puntos ciegos de las escasas cámaras de seguridad que funcionan.

Por la ubicación de la unidad, quien va a abandonar cadáveres, restos o a asesinar, puede huir fácilmente hacia las colonias aledañas ubicadas como focos rojos por el nivel de inseguridad: la Guerrero, Ex-Hipódromo de Peralvillo, Atlampa y la Morelos.

“Solicitamos alumbrado”, “Exigimos sendero seguro”, es parte de las peticiones de los habitantes hacen a las autoridades, tanto de la alcaldía, como de la CDMX.

Desde este 10 de marzo, la alcaldesa Alessandra Rojo de la Vega, reforzó la seguridad en la zona incrementado el estado de fuerza en un 40 por ciento.

Será el próximo miércoles 12 de marzo a las 18:00 horas cuando vecinos se reúnan con Luis Enrique Saldaña Gómez, coordinador General de Cuauhtémoc, así como con Fadlala Akabani, subsecretario de Gobierno de la capital, para que indiquen qué medidas se tomarán ante la inseguridad que padecen.

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