El asesinato de Joneiker, originario de Venezuela, afuera del Metro Hidalgo, enciende nuevamente las alertas sobre el crecimiento del en la Ciudad de México y su relación con grupos criminales locales.

Su presencia comenzó a notarse con mayor frecuencia en julio de 2024 tras la ejecución de Manuel Antonio, de 18 años, originario de , quien fue ejecutado en la alcaldía Cuauhtémoc, por Óscar Javier, un narcomenudista chilango con operaciones en Iztapalapa.

El crimen pasó como aislado, pero fue el aviso de una ola de homicidios adjudicados al “Tren de Aragua”, cuya presencia en el radar delictivo ganó presencia días después, tras el hallazgo, el 30 de julio de 2024, de los cadáveres de dos mujeres venezolanas, Stephany y Susej, en una zona boscosa de San Miguel Topilejo, en la alcaldía Tlalpan.

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Hasta ese momento, ni autoridades capitalinas, ni federales mencionaron la presencia de un grupo criminal extranjero, pero la irrupción de estos comenzó a ser más evidente por las zonas céntricas de la capital que convirtieron en escenas de ataques directos.

La noche del 8 de agosto el venezolano Sebastián Hernández, fue ejecutado frente a decenas de comensales en un restaurante de la colonia Verónica Anzures, en la alcaldía Miguel Hidalgo y el 11 de septiembre un grupo de sicarios irrumpió en un departamento de la colonia Morelos, en Tepito, para matar a Erick Paz, también de origen venezolano, de 30 años, frente a su esposa.

Aún con más evidencia de la presencia de redes venezolanas en la CDMX, las autoridades guardaron silencio. Incluso se reportaron balaceras aisladas, con sicarios de esta nacionalidad implicados, sin que se les tomara importancia. Fue el caso de la madrugada del 26 de octubre cuando un hombre disparó a quemarropa contra tres personas en la colonia Centro, matando a una de ellas.

Le siguió el crimen del venezolano Jhovany Quintero, en la colonia Narvarte, en la alcaldía Benito Juárez, acribillado a bordo de una camioneta pick up Chevrolet.

Fue hasta diciembre de 2024, cuando el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, confirmó la presencia del Tren de Aragua en la capital mexicana, señalando que se trataba de un grupo delictivo vinculado a redes de explotación sexual y tráfico de personas. Afirmó que tienen contacto con células chilangas, pero que aún no existen alianzas.

Su presencia es cada vez más notoria en mercados, bares, restaurantes y locales de la CDMX, donde han abierto fuego a plena luz del día, siendo el último caso la balacera en inmediaciones de La Merced, donde un grupo de venezolanos iniciaron una balacera dejando a una persona muerta, el pasado 23 de febrero.

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