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Cerca del mediodía, el joven, de aproximadamente 20 años, viajaba en una motoneta Yamaha azul, sobre la lateral de la Calzada Ignacio Zaragoza.
El semáforo se puso en rojo, pero él creyó que podía ganarle a la unidad del Metrobús marcada con el número 231.
No lo logró y terminó impactándose contra este, provocando su muerte casi de manera inmediata.
- ¡Qué madrazote se dio!-, comentó uno de los testigos, quien vio cómo toda la cabeza le quedó deshecha a pesar de que traía un casco.
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El cadáver quedó entre la motoneta y el Metrobús, a unos centímetros de una de las llantas de la unidad de transporte público.
Algunos comerciantes de los puestos corrieron a ver si el joven seguía con vida. Señalaron que todavía se movió un poco y llamaron a una ambulancia.
Fue una unidad de SAMU la que arribó al lugar, pero el joven ya estaba muerto.
Alguien encontró entre sus pertenencias una identificación y lograron localizar a sus familiares.
Las dos señoras que se presentaron a reconocerlo estaban shock al ver el cuerpo. Poco a poco fueron llegando más conocidos a bordo de mototaxis, quienes iniciaron un pleito con las autoridades para que el chofer del Metrobús fuera detenido. Los policías señalaron que el conductor fue trasladado al Ministerio Público para rendir su declaración.
Fue alrededor de las dos de la tarde cuando peritos de la Fiscalía General de Justicia de la CDMX (FGJCDMX) llegaron para recabar los indicios correspondientes para hacer el levantamiento del cuerpo.
En el lugar hay dos cámaras de seguridad que apuntan directamente hacia donde quedó el cuerpo del joven, por lo que corresponderá a las autoridades revisar las imágenes y fincar responsabilidades.
