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Pocas son las historias de asesinos seriales que congelan la sangre, como la de Anatoly Onoprienko, el “Terminator de Ucrania”, un hombre que sembró terror en su país a finales de las décadas de los 80 y 90, es por eso que hoy te hablaré de este Ángel Caído.
Julio de 1959, sería la fecha en que un terrorífico “demonio” naciera, marcado por la muerte de su madre cuando sólo tenía 4 años y el abandono de su padre y hermano mayor en un orfanato, hecho que no olvidaría y reprocharía más tarde: “Mi padre y mi hermano mayor debieron ocuparse de mí, porque ellos podían”.
Ante la dura infancia que vivió, Onoprienko forjó un carácter duro y violento. Tras ser ya mayor, el “Terminator de Ucrania” se enlistó en la Marina Soviética, trabajo que le permitió recorrer el mundo. Además, también laboró como bombero y peón; sin embargo, no toda la fuente de su dinero era el trabajo duro.
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Anatoly Onoprienko y su inicio en la vida del crimen
Para 1989, Anatoly Onoprienko conocería en el gimnasio a un hombre llamado Serhiy Rogozin, quien se convertiría en su cómplice para los crímenes más atroces que la humanidad pueda imaginar.
Onoprienko y Rogozin comenzaron con lujo de violencia a entrar a las casas, acabar con la vida de sus habitantes y quemar los inmuebles, para librarse de testigos, rastros y huir con las pertenencias de valor; actos totalmente crueles y cobardes.
Anatoly y su cómplice habían perdido a tal grado la empatía y el humanismo que en conjunto acabaron con la vida de 9 personas. Tras diferencias y persecución policial, ambos asesinos decidieron continuar con su vida de delito por lados separados. Onoprienko se ocultaría en diversos países de Europa como Austria, Francia, Grecia y Dinamarca e incluso Alemania, lugar donde fue detenido y sentenciado a 6 meses de prisión.
Anatoly Onoprienko desata el infierno en Ucrania
Años más tarde, Anatoly Onoprienko volvería a las tierras que lo vieron nacer y desataría el caos a tal punto que, en tan solo 6 meses, entre 1994 y 1995, le quitó la vida a 43 personas, con el mismo modus operandi que lo caracterizaba, el cual era llegar a la vivienda, asesinar a los habitantes, robar las pertenencias y quemar la casa, para al final huir.
El “Terminator de Ucrania” acababa primero con los hombres de la familia a disparos, a sabiendas que le podrían competir en fuerza y complicarían sus fechorías, mientras a mujeres y niños les quitaba la vida con cuchillos o navajas; a los bebés les impedía respirar. Además, abusaba de los cuerpos de aquellas femeninas que se habían resistido.
Como si fuera un mal chiste, Anatoly Onoprienko inició una noche de terror el 24 de diciembre de 1995, en una aldea en Garmarnía, al acabar con una familia entera en Nochebuena, disparando al padre con una escopeta y acabando con la de los niños y la madre, quien pese a arrodillarse y suplicar por su vida no tuvo éxito.
Días más tarde, Anatoly recorrió las ciudades ucranianas de Odesa, Lviv y Dnipropetrovsk, para continuar con sus infernales actos.
Detención y juicio de Anatoly Onoprienko
Sería en abril de 1996 cuando las autoridades policiales por fin darían con el domicilio del “Terminator de Ucrania”, gracias a una llamada de un primo de Anatoly, quien denunció al criminal por poseer diversas armas, pese a haber sido amenazado si llegaba a decir una sola palabra.
Las autoridades rápidamente llegaron a casa de Anatoly Onoprienko, quien por todos los medios intentó evadir a la justicia, sin éxito. Ya dentro de la vivienda del asesino, la policía encontró diversas pertenencias de sus víctimas.
“Me podrán sujetar, pero todo el daño ya está hecho y si por mí dependiera ninguno de ustedes viviría, así que sujétenme bien”, fueron las primeras palabras de Anatoly al ser detenido.
Anatoly Onoprienko sería llevado a juicio un 23 de noviembre de 1998, en el cual se le acusó de 52 asesinatos, de los cuales 10 fueron cometidos contra menores. Onoprienko, por su parte, intentó hacerse pasar por enfermo mental y lanzó comentarios para justificar sus crímenes como “la gente no aprecia la vida”, “No me arrepiento de nada” y “si pudiera, sin duda volvería a hacerlo”.
Pese a ser condenado a pena de muerte, un tratado entre Ucrania y la Unión Europea en el ámbito legal impidió que se le pusiera fin a la vida del “Terminator de Ucrania”, por lo cual fue sentenciado a cadena perpetua.
Anatoly Onoprienko, el “Terminator de Ucrania”, moriría por un infarto el 27 de agosto del 2013, no sin antes jurar que cuando saliera de prisión acabaría con la vida de todos.








