El día de hoy te contaré la historia de Thiago Henrique Gomes da Rocha, un también conocido como el “asesino guapo” quien fue un expolicía militar brasileño, quién se convirtió en uno de los asesinos en serie más notorios de la historia reciente de Brasil.

Thiago fue arrestado en 2014 en la ciudad de Goiânia y condenado por una serie de asesinatos brutales que aterrorizaron a la población durante años. de sus crímenes y su posterior captura revelaron un perfil psicológico complejo y perturbador, dejando a muchos preguntándose cómo un oficial de la ley pudo convertirse en un depredador de la noche.

¿Cómo fue la infancia de Thiago Henrique Gomes da Rocha?

Thiago nació en 1977 en Goiânia, Brasil, en una familia de clase media y de acuerdo con el mismo Gomes da Rocha, éste fue abusado en la infancia por un vecino y sufrió de bullying en la escuela, además se sabe que la relación con su padre era complicada quien lo castigaba severamente.

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Algunos testimonios sugieren que la familia tenía problemas financieros; de acuerdo con informes, el joven Thiago mostró desde una edad temprana una falta de empatía y una tendencia a la crueldad hacia los animales, pues a menudo se le veía torturando gatos y perros, un comportamiento que a menudo se relaciona con la psicopatía en la edad adulta.

Thiago Henrique Gomes da Rocha y su ingreso a la policía

A pesar de sus problemas de conducta, Rocha logró unirse a la Policía Militar de Goiás, pues se cree que su decisión de ingresar a la fuerza policial fue una forma de buscar el control y el poder que le faltaban en su vida personal, aunque en la policía, se esperaría que protegiera a la sociedad, esto no fue así, pues en secreto, se estaba convirtiendo en una amenaza para ella.

¿Cuál era el modus operandi de Gomes da Rocha?

Los crímenes de Rocha comenzaron alrededor de 2011, pero solo fueron conectados entre sí años después. El “Asesino de la Motocicleta” era fue su primer apodo, pues utilizaba una moto para acercarse a sus víctimas y su modus operandi era escalofriante por su simplicidad y crueldad.

Thiago Henrique seleccionaba a sus víctimas al azar, a menudo mujeres jóvenes, estudiantes, homosexuales y en algunos casos, personas sin hogar a quienes abordaba en la calle, les disparaba a quemarropa sin mediar palabra y huía rápidamente del lugar, aunque la falta de un motivo claro desconcertó a la policía durante mucho tiempo, pues no había robo, ni agresión sexual.

Las autoridades se enfrentaron a un desafío monumental, ya que al principio, los asesinatos se investigaron como crímenes separados, lo que dificultó la conexión entre ellos, en tanto, la presión pública creció y la policía formó un grupo de trabajo especial para resolver los crímenes.

¿Cómo fue el arresto, confesión y condena de “El Asesino Guapo?

Finalmente, el análisis de las grabaciones de las cámaras de seguridad, el perfilamiento geográfico y la recolección de testimonios revelaron un patrón, llevando a la captura de Thiago Henrique.

El 14 de octubre de 2014, el mundo de Rocha se desmoronó, siendo arrestado en su propia casa y sorprendiendo durante el interrogatorio a todos al confesar sus crímenes con una frialdad escalofriante.

Gomes da Rocha admitió haber matado a 39 personas, aunque se sospecha que el número real podría ser mayor, además el “Asesino Guapo” declaró que sentía una “fuerza” que lo obligaba a matar; según los informes, afirmó que después de cada asesinato, sentía un alivio temporal, lo que sugiere que los crímenes eran una forma de liberar una tensión interna acumulada.

Su juicio fue un evento mediático, siendo condenado a 20 años de prisión. El caso de Thiago Henrique Gomes da Rocha es un recordatorio de que la maldad puede esconderse a simple vista, incluso detrás de una placa de policía.

La falta de empatía y la crueldad demostrada desde su infancia, combinadas con una profesión que le daba acceso a armas y poder, crearon una tormenta perfecta que resultó en la muerte de docenas de personas inocentes.

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