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La obra “El Sótano”, inspirada en un relato del japonés Koji Suzuki, creador de ‘El aro’, ha causado gran expectación.
Su atmósfera oscura y cargada de tensión ha generado no solo elogios, sino también rumores sobre fenómenos paranormales ocurridos en el escenario del Teatro Fernando Soler, dentro del Centro Cultural Manolo Fábregas.
Aunque el público ha destacado la fuerza de la producción, la calidad del sonido y las actuaciones, son frecuentes los comentarios sobre ruidos inexplicables, movimientos extraños en la escenografía e, incluso, la sensación de que “algo” ronda tras bambalinas.
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Para prevenir cualquier energía adversa, el protagonista Paco de la O aceptó la propuesta de Yamarash de realizar un ritual de protección sobre el escenario.
La ceremonia inició con una reverencia al Buda Shakyamuni invocando compasión para las almas que pudieran permanecer en el recinto. Se encendió un cirio consagrado con el nombre de la obra y se recorrió cada rincón mientras se quemaba incienso Satya Nag Champa para purificar el ambiente.
Yamarash prendió un sahumerio con hierbas y recitó oraciones para liberar cualquier entidad oculta, mientras Paco recitaba el mantra de la compasión: “Om Mani Padme Hum”.
Fue entonces cuando se escuchó el azotón de una puerta, pese a que el teatro estaba cerrado. Paco y Yamarash interrumpieron el ritual para dirigirse al punto exacto del sonido, purificándolo con luz y sahumerio.
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“Las energías aquí se mueven, se sienten… no podemos ignorarlo”, dijo Yamarash. Paco también fue limpiado con una pieza de turmalina y luego se lavó las manos con extracto de sándalo para disipar cualquier carga negativa.
Se espolvoreó canela con polvo de oro en el lugar como decreto de prosperidad. La purificación concluyó al entregar a Paco un cuarzo y un nudo de bruja, como escudo contra influencias indeseables. “Uno nunca sabe lo que se queda en los espacios”, comentó Paco.
“El teatro guarda memorias, energías y hay que respetarlas”, agregó el protagonista de la puesta en escena.
