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María Elena, apodada "Hello Kitty", es una figura compleja cuya vida está marcada por traumas profundos y decisiones extremas. Criada en un entorno familiar disfuncional, enfrentó abusos desde temprana edad, lo que la llevó a huir de casa a los 10 años. En la calle se dedicó a la prostitución y aprendió oficios artesanales, como fabricar pipas con hueso de pollo, para sobrevivir. Encontró en “Hello Kitty” un símbolo que asociaba con sus víctimas y un recordatorio constante de su propia vulnerabilidad. "Si no conoces a Hello Kitty, no conoces Santa Martha", decía, refiriéndose a la brutal realidad de su existencia.
A los 11 años fue internada en un hogar debido a las preocupaciones de su madre sobre su comportamiento. Allí conoció a su primera pareja, un hombre de 31 años, con quien se embarazó a los 13. Su bebé murió a causa de un golpe que él le propinó. A pesar de esto, él le pagó los estudios, un acto que contrastaba con la brutalidad de su relación.
Los abusos continuaron cuando el padrino de su pareja la violó y la dejó ensangrentada. Regresó a su casa solo para descubrir que estaba embarazada nuevamente. Su madre, molesta por el secreto, la golpeó en el hospital. La vida de María Elena se convirtió en una serie de traumas y violencias donde cada golpe y abuso la endurecían más.
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A pesar de sus experiencias traumáticas, demostró adaptabilidad trabajando como entrenadora de perros, auxiliar veterinaria y enfermera. A los 17 años fue encarcelada en Barrientos por homicidio, un evento crucial en su historial.
La prostitución a través de internet se convirtió en su medio de subsistencia, pero también en una trampa. Un día, mientras trabajaba, fue sometida, violada y torturada por un grupo de hombres. Este evento la marcó profundamente, llevándola a una espiral de venganza. Encontró a sus agresores y los asesinó, experimentando lo que describió como una sensación de liberación. "Sentí muy bonito, hasta suspiré", confesó, describiendo la satisfacción que sintió al consumar su venganza.
AMOROSA.Condenada a 125 años de prisión por tres homicidios, en la cárcel ha encontrado una relativa estabilidad, aunque continúa lidiando con sus traumas. "Soy más consciente y sé lo que está bien y lo que está mal", dice, reflejando una evolución en su forma de pensar. A pesar de sus actos, María Elena mantiene un vínculo fuerte con sus hijos, a quienes ama profundamente y espera que comprendan su historia.
Su caso representa un ejemplo de cómo el trauma, la violencia y el abandono institucional pueden moldear la trayectoria de una persona, llevándola a extremos. María Elena, o "Hello Kitty", es una mujer que sobrevivió a condiciones extremas y encontró en la venganza su propia forma de justicia. Su historia, aunque compleja y perturbadora, obliga a reflexionar sobre las fallas del sistema de protección infantil y las consecuencias de un pasado marcado por el abuso sistemático.