Con el propósito de atraer la buena fortuna a su más reciente proyecto escénico “Un desmadre a toda madre”, la Aída Pierce participó en un ritual guiado por el esotérico Yamarash.

Ambos unieron fuerzas en una ceremonia simbólica para bendecir y abrir caminos hacia el que actualmente se presenta en el teatro Rodolfo Usigli, en Coyoacán.

Como pieza central del acto, se utilizó una herradura, emblema tradicional de la suerte y la protección. un listón verde —color vinculado con la esperanza, la sanación y el crecimiento— en el cual se escribió el nombre completo de la obra de teatro.

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Durante el proceso, Aída se esforzó en pronunciar afirmaciones y decretos para canalizar intenciones positivas hacia el camino artístico de la actriz.

Sobre la herradura se colocaron diversos símbolos de prosperidad y abundancia: un elefante, un trébol, un cuarzo, una figura de Buda y un cuerno de la abundancia, elementos que representan protección, suerte y bienestar.

La bendición fue sellada con aceite de romero, conocido por sus propiedades espirituales de purificación y consagración.

Para cerrar el ritual, se encendió una veladora dorada, invocando la ley de la atracción. Al pronunciar tres veces el nombre del proyecto y visualizar en la flama los deseos más profundos, se activó la intención de materializar el éxito profesional.

Todos los símbolos deben ser adheridos a la herradura y, cuando esté lista, se coloca en un espacio clave, como la oficina o lugar donde se firman acuerdos.

Aída se lo llevó para colocarlo en su camerino para mantener activa la energía positiva y potenciar el alcance de sus objetivos trazados.

Con este acto, Aída no solo busca conectar con las fuerzas sutiles del universo, sino también inspirar a su público a confiar en la magia de los nuevos comienzos.

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