Tenían doce años cuando se enamoraron. Fue un amor infantil que nació en el barrio de Flores, en Buenos Aires, Argentina. Eran vecinos y, desde muy pequeños, jugaban juntos. en común forjaron una bella amistad que, con la llegada de la adolescencia, se transformó en amor.

“Jugábamos en las aceras o en los parques de la zona, bailábamos... algo muy lindo”, ha contado en Amalia Damonte, el primer amor del Papa Francisco.

Jorge Mario Bergoglio y Amalia Damonte crecieron en un barrio humilde, una realidad que marcó sus vidas desde la infancia. La cercanía con la pobreza y las carencias los hizo desarrollar una sensibilidad especial por ayudar a los más desfavorecidos, algo que, según ella, también fortaleció el

Lee también:

Amalia ha dicho sobre Jorge Mario Bergoglio: “Era grande, maduro, una maravilla de muchacho. Éramos muy humildes, amábamos a los pobres... En eso éramos almas gemelas”.

A sus 12 años, Jorge Mario fue claro con sus sentimientos. Estaba enamorado de Amalia, y a la usanza de la época, le escribió una carta de amor a mano donde no solo le declaraba sus sentimientos, sino que también le proponía matrimonio. En esa misma carta escribió una frase que, sin saberlo, marcaría el rumbo de su vida: “Si no me caso con vos, me hago cura”.

Amalia, también enamorada, recordó que él incluso le dibujó una casita blanca con techo rojo y escribió: “Esta casita es la que te voy a comprar cuando nos casemos”.

Sin embargo, la historia de amor se vio truncada. Amalia contó que su madre descubrió la carta y, tras reprenderla severamente, le prohibió volver a ver a Jorge. “Me dio una paliza. Le pedí que no me viera más”, relató sobre el abrupto final de su relación.

Ante la negativa de los padres de Amalia y la imposibilidad de continuar con el noviazgo, Jorge Mario decidió tomar distancia. Terminó sus estudios en el colegio salesiano Wilfrid Barón de los Santos Ángeles, luego cursó en la escuela secundaria industrial Hipólito Yrigoyen, donde se graduó como técnico químico. Finalmente, en 1957, tomó la decisión que cambiaría su vida: convertirse en sacerdote.

Amalia Damonte es la única relación romántica conocida del Papa Francisco, una historia de amor juvenil que, sin proponérselo, terminó anticipando el destino del primer Papa latinoamericano.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Comentarios