A las 7:19 horas del la tierra se movió; la Ciudad de México fue sorprendida por un sismo de 8.1 grados en la escala de Richter, que provocó una gran tragedia.

se encontraba en el aeropuerto en ese momento, pues viajaría a Estados Unidos a jugar un par de amistosos. El Tricolor sería la selección anfitriona del Mundial del 86 y había que aprovechar cada partido ante la falta de juegos de eliminatoria que no tuvo al calificar a la justa de manera automática.

“Iba por el puente y sentí el ‘jalón’, el movimiento, no supe lo que pasaba”, recuerda Luis Flores, ariete del equipo nacional, quien se dirigía al aeropuerto… “Llegué en cinco minutos”.

Foto: Archivo El Gráfico (Luis Flores, exjugador de la Selección Mexicana)
Foto: Archivo El Gráfico (Luis Flores, exjugador de la Selección Mexicana)

Lee también:

Todo era un caos... “Pero no magnificamos lo que sucedió. Salimos, volamos. Nadie nos ocultó nada, porque nadie sabía nada”.

La verdad emergió cuando aterrizaron en Los Ángeles: “Vimos la televisión, nos dimos cuenta. Tratamos de hablar a casa, pero no había forma”.

Además, narra cómo un integrante del contingente mexicano les mintió para mantenerlos tranquilos, lo que no le cayó nada bien a los jugadores.

Un directivo que viajaba con el equipo actuó “de mala forma”, recuerda Flores: “No voy a decir su nombre, pero fue vil. Dijo que ya había hablado con las familias, que todo estaba bien. Fue una mentira, un acto vil”.

El Tricolor fue parte de la tragedia: “Un familiar de (Fernando) Quirarte falleció (un interno del Centro Médico). Lo que hizo ese tipo no tuvo nombre. Nunca más volvió a viajar con nosotros”.

Google News

TEMAS RELACIONADOS