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El Atlético de Madrid rozó la hazaña en Anfield, pero terminó con las manos vacías tras caer 3-2 frente al Liverpool, en un estreno vibrante para ambos en la Champions League.
Los Reds arrancaron con vértigo y en apenas seis minutos parecían sentenciar. Primero, un desvío de Andrew Robertson (4’) tras un tiro libre de Mohamed Salah abrió el marcador. Y de inmediato, el propio Salah (6’) aprovechó un balón suelto para ampliar la ventaja, dejando helada a la zaga rojiblanca.
El carácter del Atlético
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Lejos de derrumbarse, el equipo de Diego Simeone recuperó aire con el paso de los minutos. La presión alta y la movilidad de Raspadori cambiaron el tono del encuentro. Justo antes del descanso, Marcos Llorente (45’) firmó el descuento tras una gran pared, encendiendo las esperanzas colchoneras.
En el complemento, el Atlético mantuvo el pulso. El propio Llorente (81’) volvió a aparecer con una volea desviada por la defensa que se coló en la portería, decretando el 2-2 y silenciando a la grada de Anfield.
El golpe final
Cuando todo apuntaba a un empate con sabor a victoria, un error defensivo resultó fatal. En el 90+2’, Virgil van Dijk se anticipó a Robin Le Normand en un tiro de esquina y con un cabezazo impecable firmó el 3-2 definitivo.
Para colmo, la tensión le pasó factura a Simeone, que fue expulsado por encararse con la grada tras la diana final.
Un inicio cuesta arriba
El técnico argentino viajó con bajas sensibles (Álvarez, Baena, Cardoso, Almada y Giménez) y pese al empuje de sus dirigidos, el Atlético se marchó sin recompensa.
Por su parte, el Liverpool de Arne Slot confirma su poderío con pleno de victorias en este arranque continental, consolidándose como candidato serio al título gracias a su intensidad y refuerzos.