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Del ticket de una tienda de conveniencia al escenario de uno de los festivales más importantes del mundo. Así se resume la historia de Cachirula y Loojan, el dúo mexicano que llevó el sonido de sus colonias a Coachella y hoy representa la nueva cara del reguetón mexicano.
Forjados entre las calles de Tláhuac y Gustavo A. Madero, su camino no fue sencillo. “Yo crecí con la idea de que si escuchabas reguetón eras un naco, que tenías mal gusto”, recuerda Loojan.

A pesar del estigma, el ritmo urbano se convirtió en refugio y bandera. Cachirula, quien creció con el género desde niña, recuerda un momento clave: el 2008, cuando el caso del New’s Divine marcó a su comunidad. Ambos artistas encontraron en la música una vocación total. “He tenido que sacrificar casi todo en mi vida personal para alcanzar este sueño”, confiesa Cachirula. Las horas de sueño, las relaciones y el tiempo con su familia quedaron en pausa.
Loojan, por su parte, admite que estuvo a punto de rendirse. “Me iba a rendir… iba a renunciar. Y la vida me dijo: no lo hagas”. Ese mensaje llegó en forma de inspiración: la letra de ‘Beiby’, su primer gran éxito, fue escrita por Cachirula en un ticket del Oxxo.
“Nos ponemos a pensar en todo lo que ha pasado desde ese ticket y es un logro que imaginábamos solo en nuestros sueños más locos”, dice Loojan.
Con disciplina y autenticidad, el dúo encontró su fórmula. “Si algo funciona y está gustándole a la gente, no lo frenes y lucha por lo que quieres”, afirma Cachirula. Esa filosofía los llevó a profesionalizar su arte, a entender que la industria musical exige inversión, esfuerzo y una mentalidad de trabajo constante.
Llegar a Coachella fue la recompensa a años de lucha. “Nos llena de orgullo decir: ¿nosotros, con el ticket del Oxxo, llegamos hasta Coachella?”, comenta Loojan con una sonrisa. Para Cachirula, más que un sueño cumplido, fue la confirmación de que estaban en el camino correcto.
Nota por: SAMANTHA PULIDOS











