En plan leyenda, Zoé inició la hazaña de cinco Estadios GNP este sábado con un concierto de poco más de dos horas, clásicos infalibles y el disco Memo Rex, en su ya casi XX aniversario, como hilo conductor de una noche histórica para el rock mexicano.

El concierto arrancó a las 9:45 de la noche, un poco retrasado por la fuerte lluvia que cayó sobre la Ciudad de México. Las inmediaciones del estadio, donde ya se escuchaba la poderosa voz de Lo Blondo y su Hello Seahorse! como acto de apertura, estaban colapsadas y en algunos puntos bajo el agua.
Por eso, León Larregui, vestido con una sencilla camisa negra, agradeció a lo largo de la presentación que Tláloc se apiadara de los rocanlovers y frenara por completo su furia. Entonces, ese caos previo al show se convirtió en una fiesta de sonidos que fueron del pop electrónico al rock alternativo en psicodelia.
Sobre la enorme triple pantalla, que se pintó toda de rosa, apareció la figura de Memo Rex, ese pequeño monstruo viajero de galaxias, que le daba la entrada al quinteto mexicano, entre el griterío de los más de 60 mil fans que se desgañitaban y la introducción en bucle de ese álbum que tanto empuje le dio a Zoé. ¡La emoción se expandió por todo el foro, llegó a las redes sociales en lives, videos e imágenes instantáneas y se dinamitó por el universo!
Era tan solo el inicio. Fueron 27 canciones en total de todas las épocas de Zoé, iniciando el show con 10 temas del álbum Memo Rex Commander y el Corazón Atómico de la Vía Láctea: 1) Memo Rex, 2) Vinil, 3) Vía Láctea, 4) No me destruyas, 5) Corazón Atómico, 6) Mrs. Nitro, 7) Nunca, 8) Paula, 9) Triste Sister y 10) Paz.
León agradeció a sus fanáticos por haber llenado el estadio, en la primera de cinco fechas que Zoé tendrá en este recinto. Un logro que, sin duda, marca un antes y un después en la historia del grupo y muestra el músculo que tiene la banda para con el rock nacional y latinoamericano.
Zoé se dio tiempo de mostrar la bandera de Palestina como apoyo a la distancia y sacó del baúl algunos viejos videos de cuando estaban aún muy jóvenes, en el estudio, maquinando con sus propias manos y computadoras ese trabajo que les fue abriendo brechas.
Llegó Solo, una pieza desempolvada del pasado y que agradeció el público que los ha acompañado desde sus inicios. Pero también se sumaron cortes más recientes para esa nueva generación que han conquistado: No hay mal que dure, Karmadame o incluso Campo de fuerza, de reciente lanzamiento.

En ese cruce generacional, Zoé cerró con temas de varias épocas: Arrullo de Estrellas, Miel, Labios Rotos, Azul y la nostálgica Hielo, que marcó un falso final del concierto. La banda regresaría con Denise Gutiérrez, prácticamente un miembro más del grupo por esa joya de MTV Unplugged que grabaron, para entonar Luna, que Lo Blondo se adueñó para siempre.
Como broche llegó Soñé, quizá la canción más importante en la carrera de Zoé por el impulso que les generó al ser parte del soundtrack de la película Amarte Duele. Y cuando todos esperaban que sonara Love para irse a casa con ese bajo muy beatlemano que alegra los corazones rotos del sargento Larregui, hubo un quiebre más mortífero que muchos agradecieron.
Entonces sonó Dead, la última canción de la fría noche, mientras algunos ya nos perfilábamos hacia una de las salidas; unas últimas fotos con música de fondo: “Siento, que me voy a morir…”. Veo hacia el escenario a lo lejos, miro por última vez a León en las pantallas tomado del micrófono y me viene a la mente una escena clásica de Los Simpson mientras cruzamos el puente.
León Larregui arrastraba las palabras por los efectos de algún alucine, decía que era anticonstitucional que lo detuvieran por caminar ebrio por la calle, se peleaba en Twitter (hoy X) con cualquier hijo de vecino, reprochaba de todo y contra todos por cualquier motivo… y aun así, ahí va el mejor rockstar mexicano de los últimos 25 años… y contando.
ENCORE. En redes sociales se habla de que el público estuvo muy apagado, que faltaron algunas piezas y sobraron otras, que la dinámica de pintar de rosa el estadio con las pantallas del celular no fue la esperada, y quizá en algo de ello tengan razón. Pero Zoé no es precisamente un grupo que genere un carnaval; es una banda de apreciación, una banda que sonó perfecta y se miró impecable en su primer GNP de esta estadía que ya es imborrable. Zoé ya es leyenda viva.