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Si las fricciones entre Ana Bárbara y su hijastro José Emilio Fernández Levy ya eran altas, el joven acabó por fracturar la relación luego de que aceptara haber grabado la privacidad de la cantante Ana Bárbara para venderla al mejor postor.
Ante el hecho aceptado por el hijastro de la cantante, ella, soltó en llanto para extender detalles de la cuestionable actitud del hijo de la fallecida actriz Marina Levy y el empresario José María Fernández 'El Pirru'.
De entrada José Emilio aceptó que intentó vender información de la cantante por "desesperación", ya que "no tenía para comer".
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Ante los hechos evidentes, la intérprete de 'Bandido' reconoció ante los medios de comunicación que tomó la decisión de mantenerse al margen, pero con la confirmación de Fernández, ahora reveló la verdad desde su visión.
"Quiero ser clara y contundente con eso de una vez por todas. Si la situación con Emilio está como está, y él lo dijo y lo reconoció, solo voy a hacer réplica de lo que él reconoció, porque yo lo confronté: él fue a mi casa, que es su casa, de mis cinco hijos, y me grabó, me grabó a mí y trató de vender la nota", dijo mientras la desilusión brotó en forma de lágrimas.
Con la frustración reflejada, la intérprete, ahora con las pruebas confirmadas, mencionó que el joven optó por desatar la polémica y lanzar acusaciones contra su ahora esposo.
"No lo había querido decir porque no, ya estoy harta. No soy yo, pero él vino a mi casa, era su casa y es un adulto... pregunten lo lejos de pedirme perdón, fue y distorsionó todo con una bola de estupideces para cambiar la atención a otra cosa. Soy una madre dolida y persona, pero mi pecho no es bodega", puntualizó.
Dijo que como persona se siente decepcionada del actual de José Emilio, y era tiempo de poner las cosas en claro. "Perdón, pero tengo que poner espacio y lugar de cuando no me cuidan; yo también soy humana y me pongo triste... ya. ¿Cómo crees que se siente mi corazón, aprovecharse de eso que soy vulnerable?".
Y a pesar de la fractura y desilusión, una vez más Ana Bárbara abre su corazón a los hijos que, aunque no son naturales, ella se encargó de proteger.
"No solamente fui, sino soy y seguiré siendo la madre en esta tierra de esos niños porque yo me comprometí hace 19 años a serlo, porque un día Paula, a sus tres años de edad, me dijo: '¿Te puedo decir mamá ?'. Le dije que sí, y eso no es un juego", confirmó.
